El regreso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras casi un mes de ausencia en la Asamblea madrileña ha elevado el tono del debate. De lo político se ha pasado a lo personal, con duras intervenciones y contraataques de la presidenta. Pero hay tal vez un momento que refleja con claridad el momento de polarización que vive nuestra sociedad. Ha sido en la respuesta de Ayuso a su ausencia en el Día de la Mujer.
"Tenemos una situación compleja y no vamos a dejar que nos de lecciones esta izquierda, cada vez más marginal y desesperada", comenzaba Ayuso. "Dicen que no he estado el 8M con las pancartas esas moradas de mujeres que estaban intentando darnos lecciones a las demás", seguía. "A lo mejor es mejor estar junto con la presidenta de la región de París que tener que estar escuchando 'Sola y borracha quiero llegar a casa', 'Nosotras parimos, nosotras decidimos', 'Contra el patriarcado, poder clitoriano' o 'Hetero muerto, abono pa' mi huerto' pues sí, prefiero estar trabajando en Europa" ha sentenciado. Un discurso a modo de monólogo humorístico que ha terminado con la carcajada desde la bancada popular y los abucheos de la oposición.
"Que en el 8M, con la trascendencia política de que la presidenta de los madrileños y de las madrileñas no estuviera celebrando el Día de la Mujer como corresponde, en un día tan importante para las mujeres, donde se reivindicaban derechos tan importantes, que desaparezca de nuevo la presidenta, como ha ocurrido estas tres semanas, nos parece ética y políticamente reprochable. No es serio, ni responsable", reprochaba el secretario general del PSOE-M, Juan Lobato. La portavoz de Más Madrid, Mónica García, acusaba a Ayuso de "priorizar su agenda particular".