Isabel Díaz Ayuso parece decidida a frustrar la estrategia de moderación que pretende liderar Alberto Núñez Feijóo, que ha vuelto a ver cómo la presidenta madrileña dinamita cualquier intento de reconducir las relaciones con el PSOE al condecorar a Javier Milei -y sus insultos a Pedro Sánchez- justo cuando parece más cercano un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Un pacto al que la dirigente autonómica se opone frontalmente, tal y como ella misma ha expresado públicamente. Así, si la semana pasada Feijóo se abría a lograr un acuerdo -"lo vamos a intentar", afirmaba el líder 'popular' en el Congreso-, la dirigente autonómica dejaba claro el viernes que, a su juicio, una renovación en los términos que plantea el PSOE "sería la estocada finalpara la separación de poderes y contra el Poder Judicial".

Preguntado al respecto este lunes, el portavoz del PP,Borja Sémper, ha señalado que aún no hay fecha para la siguiente reunión negociadora bajo la tutela de la Comisión Europea, pero ha asegurado que la "voluntad" del PP es "llegar a un acuerdo y un entendimientoque renueve el CGPJ y que garantice también, a través de las reformas pertinentes, que los jueces son elegidos por los jueces".

Sin embargo, la opinión de Ayuso cuenta, y mucho, en el Partido Popular, donde no es la única líder territorial que se opone a alcanzar un acuerdo. En la formación conservadora, no obstante, también empieza aincomodar que Ayuso marque la agenda de Génova.

Incomodidad por la medalla a Milei

Entretanto, la medalla que Ayuso otorgó el viernes a Milei, en plena escalada de ataques del mandatario argentino contra Pedro Sánchez, no propicia precisamente un clima de entendimiento para renovar el órgano de gobierno de los jueces. Una condecoración que ha incomodado en la cúpula nacional del PP, que hasta cierto punto se ha desmarcado del acto en Sol.

Una jugada con la que Ayuso se apuntaba un doble tanto al confrontar con el Gobierno central y arrebatar a Vox los afectos del presidente argentino, pero que no beneficia a Feijóo, que tras las pasadas elecciones europeas insistió ante sus barones regionales en que su hoja de ruta debe pasar por la moderación y la centralidad y alejarse de los extremos.

El líder del PP ni siquiera estuvo presente en el acto con Milei y en ningún momento se previó un encuentro con el mandatario ultra, según recalcaban fuentes de Génova, que se limitaban a defender que "es mejor condecorar a los líderes internacionales que insultarles", en alusión a las palabras del ministro Óscar Puente, que insinuó que el presidente argentino tomaba drogas.

Feijóo no deseaba esa foto con Milei, que representa precisamente lo contrario a esa senda de moderación que quiere promover. "Ni el Gobierno del señor Sánchez ni el señor Milei están en el espacio de moderación que yo reivindico para la política", manifestaba el pasado mes de mayo.

A preguntas sobre este asunto este lunes, Sémper ha optado por criticar al Ejecutivo central, que ha afeado a Ayuso su "deslealtad", tachándolo de "máquina del drama". "Vivimos en un tiempo de fuegos artificiales, de relato, de bronca impostada, de exageración permanente y perpetua", ha criticado.

Ayuso marca perfil

Así las cosas, Ayuso está reforzando su figura mientras la de su presidente parece desinflarse y distanciarse. La presidenta madrileña intenta, y en ocasiones consigue, marcar el camino de su líder desde que lo nombraron presidente en 2022 y también tras las elecciones generales del año pasado.

Una actitud que va en aumento, según los partidos de izquierdas. Desde Sumar, Lara Hernández ha sostenido que "Ayuso ha desatado la carrera de sucesión a Feijóo", mientras que para el PSOE solo hay una explicación: Feijóo teme acabar como Pablo Casado. "No le pide la dimisión por miedo", ha manifestado en este sentido la portavoz, Esther Peña.