Sigue la tensión entre los socios de Gobierno por las bajas flexibles. Desde la parte socialista reprochan a los de Sumar que ni siquiera estén dispuestos a debatirlo, a hablarlo. Yolanda Díaz ha sido tajante: dice que no va a permitir ningún cambio. A quienes sí ha gustado esta propuesta de ir incorporándose paulatinamente o de forma voluntaria es a los empresarios, pero es curioso porque el gobierno lo ha vinculado a la salud del trabajador y los empresarios al absentismo laboral.
"Pensamos que podrían ser un elemento útil para rebajar el absentismo laboral en España, que es uno de los peores adversarios que tenemos desde el planteamiento de la efectividad y productividad de nuestras empresas", ha expresado Josep Sánchez de la Patronal Catalana. La ministra lo proponía más desde el punto de vista de actualizar lo laboral a la sociedad actual, aunque también parece que se quiera reducir el gasto de las prestaciones
Este año ha aumentado un 17%, aunque en los últimos seis años esa cifra se supera. Hemos pasado de 7,8 millones a superar los 10. Sin embargo, con las bajas flexibles se podría dar un problema que va más allá de de reducir el gasto: que la empresa le obligara al trabajador a volver sin quererelo o sufrir coacciones.
El debate está servido. La ley es clara si no se puede trabajar no se trabaja. Es más, desde prevención destacan que podría ser algo más viable en casos de oficina, pero que ahí salta el agravio comparativo, sumado a la dificultad de estas bajas.
Desde la parte de médica ven bien la propuesta para algunos casos aunque con supervisión, tales como las personas que padezcan enfermedades mentales, ya que reincorporarse de golpe sería peor que hacerlo paulatinamente. También están abiertos a ellos la asociación contra el cáncer aunque siempre destacando la voluntariedad y la idoneidad de cada paciente.