La militancia de ERC ha tomado la decisión de avalar, con un un 53,5 % del apoyo, el acuerdo cerrado por la dirección del partido con el PSC para que los veinte diputados republicanos en el Parlament voten al socialista Salvador Illa como nuevo president de la Generalitat. En la consulta interna llevada a cabo este viernes han participado 6.349 afiliados, el 77 % del censo: el 'sí' ha obtenido 3.397 votos; el 'no', 2.847; y la abstención, 105.

El ajustado apoyo de las bases de Esquerra supone un espaldarazo para Marta Rovira, actual secretaria general del partido, ya que exceptuando los casos de Gabriel Rufían y Pere Aragonès, el resto de voces de la formación no habían manifestado públicamente su apoyo al acuerdo con el PSC.

El primero en celebrar la victoria ha sido Gabriel Rufían a través de su cuenta de X. En un tuit, el político ha compartido su alegría por la decisión de la militancia asegurando que "hoy más nunca somos Esquerra Republicana": "Todo el mundo suma. Nadie sobra. Hoy más que nunca. Somos Esquerra Republicana".

Aunque no ha sido el único en valorar la decisión de ERC. El propio PSC ha expresado que se muestra "satisfechos" con el dictamen. Por otro lado, la CUP ha asegurado que el acuerdo es "autonomista" y que "no lleva a hacer ningún avance hacia la independencia".

La militancia de ERC, compuesta por más de 8.500 afiliados han respondido a la siguiente pregunta: "¿Estás de acuerdo en que Esquerra Republicana vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la Convención Nacional para la resolución del conflicto político y el resto de medidas acordadas?".

Una decisión que ha estado marcada por el batacazo electoral de las últimas elecciones, con la posterior renuncia de Pere Aragonés, la división en la cúpula de la organización y la polémica por los carteles denigratorios contra los hermanos Maragall. Una serie de factores que han marcado dos posturas claras en ERC.

Por una parte, miembros de la Ejecutiva de ERC, como Marta Rovira, Pere Aragonès, Gabriel Rufián, Joan Tardà o Sara Bailac, han hecho campaña en redes sociales defendiendo el preacuerdo. Por otro lado, los bastiones de la formación han guardado silencio. El caso más notorio el de Oriol Junqueras, el cual ha evitado posicionarse sobre el preacuerdo alcanzado por la dirección de su partido y ha dicho "entender" las "dudas" de la militancia hacia el grado de compromiso de los socialistas con lo firmado.

La formación llegó previamente a un acuerdo con el PSC que había generado aversión entre las bases republicanas. El apartado de mayor calado del preacuerdo entre socialistas y republicanos es el que prevé que Gobierno y Generalitat hagan realidad el nuevo sistema de financiación singular para Cataluña en una comisión bilateral prevista de cara al primer semestre de 2025.

Sin embargo, las bases dudaron al no utilizar el término "concierto económico" en el documento que firmaron las dos formaciones. Aun así, ERC ha defendido que lo pactado puede definirse así, y sí hace referencia a acometer "las modificaciones que correspondan de la Ley Orgánica de Financiación Autonómica (LOFCA)" para alcanzar este nuevo modelo, lo que requeriría de que así lo avale una mayoría de diputados en el Congreso.

Aunque no es el único punto clave del acuerdo entre PSC y ERC. Además de abonar mediante un sistema similar al 'cupo' una cantidad a determinar por los servicios que presta el Estado en la comunidad, Cataluña acometería un aporte a la "solidaridad" con el resto de autonomías limitado "por el principio de ordinalidad". Mas allá de la carpeta de la financiación, el preacuerdo incluye medidas en el ámbito del conflicto político, del impulso social del idioma catalán y de infraestructuras como el Aeropuerto de Barcelona-El Prat.