"Ilegal", "contrario a la Comisión Europea" o "simplemente inadmisible" son algunos de los calificativos que ha utilizado este domingo el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, para definir la situación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Un bloqueo en su renovación que ya cumple 2.000 días con excusas y acusaciones mutuas entre las dos formaciones mayoritarias, PP y PSOE, como protagonistas.
Prueba de ello es el fragmento de discurso que ha compartido Bolaños en su perfil de X debido a este peculiar aniversario. En esta publicación ha valorado que "este es el comportamiento más ilegal, más contrario a la Constitución, más contrario a la Comisión Europea que ha nunca un partido como el Partido Popular en este caso, que aspira o aspiraba a ser alternativa de Gobierno".
Más allá de los ataques que han estado caracterizando todo este tiempo, Bolaños ha llegado, incluso a amenazar a los de Alberto Núñez Feijóo si no es posible un acuerdo: "si el PP sigue poniendo excusas, buscaremos alternativas", ha enfatizado el miembro socialista del Gobierno. Su formación, además, tampoco ha obviado los casi cinco años y medio que el CGPJ lleva bloqueado, un tiempo en el que aseguran el "PP [ha estado] incumpliendo la Constitución".
Algo que Bolaños considera que se debe a que "simplemente entienden que les conviene" a la vez que lo califica de "simplemente inadmisible". En este punto, el ministro ha hecho un llamamiento a la reflexión para que "seamos conscientes que no es posible que el Partido Popular continúe con este bloqueo" puesto que es "urgente ya que renovemos el Consejo" y así devolver "la normalidad institucional a un poder del Estado como es el poder judicial".
Un poder judicial que durante este tiempo ha contado con distintos presidentes internos. En estos momentos, se trata del magistrado de Vicente Guilarte que esta semana se ha mostrado abierto a meditar la iniciativa de la Fundación Hay Derecho en la que se contempla la realización de un sorteo para así desatascar, entre otras cuestiones, el nombramiento de jueces que ya acumula más de un centenar de retrasos. Un mecanismo que ayudaría despolitizar deshacerse de "la correa" de los partidos, puesto que a ojos de Guilarte los vocales elegidos mediante el azar "tendrían un mayor nivel de independencia".
No obstante, esta no es la única opción que se ha planteado para desbloquear el CGPJ. A finales de abril Podemos presentó una proposición en la que se planteaba que en el caso de no lograrse el consenso de las tres quintas partes del arco parlamentario en primera vuelta. Los morados ofrecieron elegir a los vocales por mayoría absoluta en las Cortes Generales, lo que rebajaría el peso del Senado para la designación en el que los populares cuentan con mayoría. Guilarte, en cambio, se negó a planteárselo pues considera que es una opción "aterradora".
Por el momento, tampoco ha resultado fructífero el papel de mediación que tomó la Comisión Europea a través de su comisario de Justicia, Didier Reynders, que ha mantenido multitud de reuniones entre los negociadores populares y socialistas. Y es que Reynders, en nombre de la institución, también se opuso al cambio de mayorías que pretende el PSOE si no logra llegar a un acuerdo con los populares. Para el comisario lo ideal es lograr primero una renovación, y ya después cambiar la ley para que los jueces puedan elegir a los jueces.
Sea como sea, la urgencia para lograr un acuerdo está clara, sin embargo, y a ojos del actual presidente interino del CGPJ los dos partidos "parecen estar un poco más en mantener su discurso y venderlo, en culpabilizar al otro de la falta de renovación, que en una aproximación real a un espacio de entendimiento que no se intuye" ahora, pero tampoco hace ya casi cinco años y medio cuando se presentó una lista de vocales pactada por ambas formaciones bajo la presidencia de Manuel Marchena.
Días después de la presentación de la propuesta, el portavoz popular en el Senado por aquel entonces, Ignacio Cosidó, mandó un mensaje a través de Whatsapp a todos los senadores de su grupo asegurándoles que iban a "controlar la Sala Segunda del Tribunal Supremo por detrás". Marchena renunció y el CGPJ se bloqueó hasta hoy... y previsiblemente hasta mañana.