El dirigente popular guipuzcoano de 43 años que apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría frente a Pablo Casado, cree que existe una "distancia sideral" entre su partido y Vox, cuyas primeras peticiones en la negociación del pacto andaluz, por ejemplo sobre violencia contra las mujeres, eran "un despropósito", según una entrevista publicada por diario El País.
"El PP tiene una posición que le permite no arrugarse ante los disparates de Vox. Una cosa es promover una política de inmigración ordenada, coordinada con la UE, y otra que esa política carezca de un mínimo de humanidad. Su idea de repatriar a 50.000 personas, meterlas en barcos y sacarlas de España evoca momentos muy feos de la historia de Europa", señala.
Sémper cree que para Vox "hay una forma de ser español y lo que se salga de ahí es ser menos español", mientras que en el PP, "independientemente de a quién reces, beses o votes tienes los mismos derechos y obligaciones", explica el dirigente popular vasco, quien confiesa que le "asusta mucho" que la división social que padeció Euskadi se traslade al resto del país si se extiende esta forma de hacer política.
El portavoz del PP en la Cámara vasca considera además que Vox y Podemos tienen "elementos propios del populismo que les unen, como las respuestas simples a problemas complejos". Ha recordado que él entró en política por "un compromiso ético y moral" ante los asesinatos de ETA y "deslumbrado" por la figura de Gregorio Ordóñez, pero la abandonaría "si continúa esta política de decir la cosa más fuerte".
"Si el populismo reaccionario nos arrastra a los demás a las trincheras, yo no pinto nada en política", ha afirmado Sémper. "No me sentiré útil porque en el barro siempre gana el populista", ha asegurado.