"El problema de Cataluña es un asunto interno de España y animamos a las partes a encontrar una solución pacífica a este debate, dentro del imperio de la ley y de acuerdo a la Constitución de España", dijo a Efe el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá, John Babcock.
La declaración del portavoz canadiense se produjo después de que Puigdemont declarase y suspendiese este martes la independencia de Cataluña. Antes y después del referéndum ilegal de independencia que se celebró el 1 de octubre en la región española, el movimiento separatista quebequés ha intentado que el Gobierno canadiense critique a las autoridades de España.
Sin embargo, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se ha limitado a señalar que se trata de "un asunto interno" de España en el que no se inmiscuirá. Los separatistas quebequeses están intentando aprovechar el contencioso del referéndum ilegal catalán para reactivar su movimiento, que desde 1995 ha perdido fuerza en la provincia francófona.
Quebec ha celebrado dos referendos separatistas, en 1980 y 1995. Tras el segundo, el Gobierno canadiense aprobó una ley que limita la capacidad de las autoridades quebequeses de convocar un nuevo referéndum así como las posibilidades de que la consulta sea considerada válida por Ottawa.