La crisis de Podemos en Madrid tras la suspensión de militancia a Rita Maestre y otros cinco concejales ha vuelto a poner a los morados donde menos deseaba Pablo Iglesias: en el centro del foco mediático por la división interna. Era el peor escenario posible para el partido de Iglesias, que ya conoce el desgaste que le suponen los conflictos internos y más ahora a seis meses de las elecciones municipales y autonómicas, cuando todo su esfuerzo se dirigía a rentabilizar el éxito de los acuerdos que ha "arrancado" al Gobierno en la negociación presupuestaria.
Pero la confección de la lista que Podemos quiere someter a sus primarias para las municipales en Madrid bajo el liderazgo del secretario general en la capital, el exJEMAD Julio Rodríguez, ha hecho estallar otra nueva crisis y ha despertado voces dormidas que ya antes se habían alzado contra la dirección de Iglesias. Una de ellas es la de uno de los fundadores de Podemos, el exdirigente Luis Alegre, que dejó la formación en julio de 2016 alertando de los riesgos de la división interna y que vuelve a avisar del peligro de que el partido se acabe convirtiendo en "una carcasa vacía".
Alegre, además de uno los cinco principales fundadores de la formación -junto a Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa- fue un amigo muy cercano a Iglesias durante años y llego a ser su hombre fuerte en Madrid, pero salió del partido criticando que una 'camarilla' mantuviera 'secuestrado' a su secretario general. Unas palabras que secundó el filosofo Carlos Fernández Liria, quien hoy firma con él un artículo en Público titulado "¿Quién está políticamente fuera de Podemos?", en el que tildan de "indecente" el pulso a los ediles madrileños y acusan a la dirección estatal de tomar como "rehenes" a los concejales para asegurar que el exjemad suceda a la alcaldesa Manuela Carmena.
No han sido las únicas críticas, muy duras también han sido las palabras del diputado regional de Podemos Hugo Martínez Abarca, a quien se encuadra en el sector 'errejonista', que calificaba las primarias de Podemos en la capital de "suicidio" para la formación. "No, no eran unas primarias para que decidiera la gente. Eran la forma de coger a una parte sustantiva del equipo de Manuela Carmena como rehén: si quieres a tu equipo te tienes que tragar el mío", escribía.
Durante dos días Iglesias ha mantenido silencio pensando que siendo discreto ayuda a no avivar polémicas internas. Silencio que ha roto hoy para pedir discreción, pero también para respaldar la sanción a los ediles madrileños porque "todos" están obligados a "cumplir el código ético". La dirección de Podemos en la ciudad de Madrid y el equipo de Julio Rodríguez, como Iglesias, dan el caso por "cerrado" y "resuelto", aunque aún está en el aire si hay recurso de los ediles contra su expulsión cautelar.
De cualquier modo, se cumplen los peores temores para el líder de la formación, la crisis ha vuelto a copar la atención mediática. "La gente está harta de llevar cuestiones internas a los medios de comunicación", dice el líder de Podemos, quien reconoce que va a trabajar para lograr construir en Madrid una lista de unidad popular con IU y los independientes que decida la alcaldesa. Lo que está por ver es si el PSOE aprovecha ahora la situación para presentar un candidato que pueda hacerle sombra a Carmena.