Una carta manuscrita que ha llegado al Museo Miguel Hernández-Josefina Manresa de Quesada (Jaén) revela detalladamente el calvario que vivió el poeta durante su estancia en la cárcel de Alicante.
La misiva, que publica el diarioEl País, la envió en 1975 su hermano, Vicente Hernández, a un amigo de la familia, Vicente Escudero, que fue elegido alcalde de Orihuela años después, en 1983.
"Estaba tan malo en aquella enfermería donde había 90-100 hombres tendidos quitándose las puses los unos a los otros con trapos sucios, pues allí no entraba un médico o un practicante en siete u ocho días, aquello era inhumano. En fin, para qué decirte más", explicaba el hermano sobre las condiciones sanitarias que le llevaron a la muerte.
En la carta también explicaba la respuesta que recibió del obispo de Almarcha cuando le pidió ayuda para Miguel Hernández. Éste dijo que no podía hacer nada al respecto "porque él no le quiso hacer caso cuando le propuso que rectificara de sus ideas y de sus escritos".
Es lo mismo queexplicó la nuera del poeta, Lucía Izquierdo, a laSexta Columna: "Le condenaron a muerte. Cuando saben que está muy enfermo, cuando saben que se está pudriendo por dentro y que no va a tener salvación, le quitan la pena de muerte y le dejan la cadena perpetua".
En ese momento, reaparece el obispo que, de niño, ayudó a Miguel Hernández a estudiar. Un hombre de dios que sólo aceptó intervenir para que saliera de la cárcel si renunciaba a sus valores republicanos y abiertamente contrarios al régimen dictatorial de Franco. Así lo relata Lucía: "El obispo le dice: 'Te sacamos de España automáticamente a ti, a tu mujer y a tu hijo, pero tienes que firmar que estabas equivocado, que apoyas al régimen...'. Y él dijo que no lo iba a firmar, que se fuera de allí. Si no, ¿qué sentido tendría su vida?".
Otra carta que el propio escritor envió a su mujer evidencia la falta de material sanitario en la cárcel y su necesidad de escapar de esa prisión: "Josefina, mándame inmediatamente tres o cuatro kilos de algodón y gasas que no podré curarme hoy si no me los mandas. Se ha acabado todo en esta enfermería. Comprenderás lo difícil que es curarme aquí. Ayer se me hizo una cura con trapos y mal. Quiero salir de aquí cuanto antes. Se me hacen unas curas a fuerza de tirones y todo es desidia, ignorancia, despreocupación".