Es sábado. Isabel Díaz Ayuso sigue siendo presidenta de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular y Pablo Casado, presidente de la formación. Cabe ubicar este dato porque, en las últimas 48 horas, ambos han mantenido una auténtica guerra que ha acabado de dinamitar y dividir a un partido que se enfrenta a una crisis sin precedentes.
En un panorama de espionaje, comisiones, contratos 'a dedo' y traiciones, el escenario más probable es que uno de los dos, Casado o Ayuso, tenga que marcharse en no mucho tiempo de un PP que, inevitablemente, ha de pensar en qué pasa ahora, cuál es el siguiente paso tras una batalla en la que ambas partes se han vaciado con todos sus recursos.
Alberto Núñez Feijóo reclamó este viernes a Casado que se sentase a hablar con la presidenta madrileña para limar sus diferencias para no "llegar a un Congreso Extraordinario". "El partido no merece la situación en la que está en este momento", afirmó el presidente de la Xunta de Galicia. Lo cierto es que no ha habido mensajes públicos muy claros por parte de los barones populares, salvando la postura de López Miras, que se mostró convencido de la honorabilidad" de Díaz Ayuso pese a definir como "correcta y adecuada" la actuación del secretario general del PP, Teodoro García Egea.
Ahora mismo hay abierto un expediente informativo a Díaz Ayuso por su "deslealtad", en palabras de García Egea, al responder a la presunta trama de espionaje sobre su hermano y su empresa en el marco del polémico contrato de mascarillas por el que se habría embolsado una comisión.
Esa comisión recibida por Tomás Díaz Ayuso, según Casado, fue de 286.000 euros. Ayuso pasó de negar esa comisión a admitir que existía sin especificar cantidad para, finalmente, publicar que se dio una "contraprestación por su trabajo" de 55.850 euros, más IVA. Desde la Comunidad de Madrid han insistido en que ese contrato pasó "todos los controles previos y posteriores".
"La información es que la comisión es de 286.000 euros, suficientemente relevante como para pensar que ha habido tráfico de influencias. Pero yo no acuso, estoy preguntando", sostuvo el líder del PP, a la vez que reconocía que esta cuestión se tendría que haber "aclarado en privado"
Pero la gran pregunta es: ¿qué va a pasar ahora? Ese expediente informativo tiene como objetivo "culminar" la información que tiene la cúpula del PP sobre Tomás Díaz Ayuso. Casado hizo alusión a los estatutos de la formación, que recogen que "no se puede difamar y no se puede incluso calumniar".
"En los casos de delitos flagrantes de corrupción, el Comité de Derechos y Garantías Nacional a la vista de la gravedad de los hechos podrá determinar la suspensión de funciones o de afiliación, lo que se acordará en función de las circunstancias específicas de cada caso concreto", añaden. Este Comité de Garantías está presidido por Andrea Levy, una de las personas que ha mostrado públicamente su apoyo a Pablo Casado durante estas frenéticas 48 horas.
Cronología de una crisis anunciada
Todos los medios hablaban el jueves de la primera explosión. La Comunidad de Madrid denunciaba que habían sido víctima de espionaje, según publicaban varios medios horas antes. Pasadas las 13:30 horas, la presidenta sorprendía a todos con sus declaraciones: "Nunca pude imaginar que la dirección nacional de mi partido iba a actuar de un modo tan cruel". Y explicaba qué es lo que le ha contado su hermano: "Me confirmó que había mantenido relaciones comerciales con esa empresa y que era totalmente legal".
Hora y media más tarde, salía Teodoro García Egea a defender a la dirección nacional. "Díaz Ayuso, tras reconocer hoy mismo que han existido pagos, ha vertido acusaciones gravísimas", aseguraba el secretario general de los populares. Además, hablaba claro sobre el presunto espionaje: "Quiero desmentir de forma tajante y sin reservas que este partido contactara u ordenara contactar con ninguna agencia de detectives". Lo curioso es que, poco después de su comparecencia, salió un audio.
Álvaro González, presidente de la Empresa de Vivienda Municipal de Madrid, hablaba con Julio Gutiez, el supuesto investigador. Según se podía escuchar, para "contrastar una información" que le había llegado. Se insinuaba que esta conversación podría tratarse en realidad de una trampa del entorno de Ayuso. Poco después dimitía Ángel Carromero, director general de la alcaldía. Durante todo el jueves, Ayuso no se refirió a ninguna "comisión", y es ya el viernes cuando Casado da cifras.
"La información es que la comisión es de 286.000 euros", dijo el líder del PP. Ayuso le contestó casi al instante: "¿De dónde ha sacado esa cifra? Me extraña que el Partido Popular la tenga y la tenga tan clara. Está esa comisión, pero lo que yo no sé es la cantidad". No sabía la cantidad, pero horas después la detallaba en un comunicado: casi 56.000 euros más IVA. Lo llamó "contraprestación", y no facilitó esa información a Casado en cinco meses. Desde el partido no entienden por qué ha esperado tanto.