Castilla y León, que ha pedido al Gobierno, sin éxito, un confinamiento como el de marzo, ha dado paso a un endurecimiento de las medidas para luchar contra el aumento de contagios de esta tercera ola de la pandemia. Así, el Gobierno regional ha decido prorrogar de manera indefinida el cierre perimetral de la comunidad.
Este se podrá extender durante todo el estado de alarma, al igual que el toque de queda entre las 22:00 horas y las 6:00 horas, una medida que seguirá vigente. También se extiende la limitación a un máximo de seis personas en reuniones de amigos y familiares.
Además, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado el cierre de la hostelería, centros comerciales y gimnasios en las provincias de Ávila, Segovia y Palencia, debido al "alto incremento de contagios". Allí es donde se acumulan más casos por cada 100.000 habitantes en siete días. Estas medidas entrarán en vigor el viernes 8 de enero y durarán al menos dos semanas.
Estas medidas atienden, según ha explicado el presidente autonómico, a la "recomendación unánime" de los expertos, que han mostrado su "preocupación" dada la "alta ocupación" de camas de hospital y la "acusada velocidad" de la pandemia, por lo que han pedido que el criterio base para tomar medidas sea la incidencia a 7 y no a 14 días.
De este modo, en base a la preocupación del gobierno por la alta ocupación en UCI, las medidas fijadas en los distintos niveles se adoptarán tomando como referencia los siete últimos días y no los 14 como se hacía hasta ahora.