La Junta de Castilla y León ha ordenado el cierre de bares y restaurantes a partir del próximo viernes, 6 de noviembre, para frenar la expansión decoronavirus por la región. Así lo ha anunciado su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, en una comparecencia en la que ha explicado que estos establecimientos solo podrán abrir para dar servicio a domicilio.
Asimismo, el dirigente 'popular' ha anunciado la clausura de los centros comerciales, salvo los establecimientos de primera necesidad o los locales de menos de 2.500 metros cuadrados con acceso directo desde el exterior. A partir del 6 de noviembre, también se procederá al cierre de instalaciones y centros deportivos que no se encuentren al aire libre. De la misma manera, quedará prohibida la asistencia de público a eventos deportivos que no se celebren en el exterior.
Otra de las medidas que entrará en vigor, si el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León da luz verde a este decreto, es la suspensión de las visitas a residencias y centros de protección de menores. Unas restricciones que se suman a las aplicadas hasta ahora, como la limitación de movilidad nocturna entre las 22:00 y las 06:00 horas.
Mañueco ha advertido de que Castilla y León está "en máximo riesgo" y hay una "presión asistencial nunca antes conocida"
Pero el presidente de la Junta ha ido más allá. Ha solicitado al Gobierno central que "asuma su responsabilidad y decrete las medidas que requiere la situación" porque el estado de alarma actual"no permite ir más allá de lo acordado". Y es que este decreto no contempla los confinamientos domiciliarios, como han solicitado ya algunas comunidades autónomas.
Esta petición se suma a la de Melilla y Asturias, que han pedido al Ejecutivo de Pedro Sánchez que les permita aplicar confinamientos domiciliarios para aplanar la curva de casos y evitar la saturación sanitaria. Una opción que, según indican desde Sanidad, no se encuentra todavía sobre la mesa.
Respecto a la situación epidemiológica de la región, Mañueco ha advertido de que está "en máximo riesgo" y hay una "presión asistencial nunca antes conocida sobre la Atención Primaria, Emergencias y centros hospitalarios". Según las autoridades sanitarias, en la actualidad hay 1.456 hospitalizados en planta, 192 en unidades de críticos y el porcentaje de ocupación de COVID-19 en las UCI se sitúa al 61%. Además, solo en el día de ayer se diagnosticaron 1.140 nuevos positivos.