Las europeas de este 9 de junio marcan el inicio de unas semanas trepidantes en las que habrá que despejar una serie de incógnitas de crucial importancia para redefinir el mapa político en Cataluña: la elección de la nueva Mesa del Parlament, la investidura del próximo presidente catalán, el retorno de Carles Puigdemont y los futuros liderazgos en ERC.
Sin un día de tregua después de las elecciones europeas, el nuevo Parlament surgido de los comicios catalanes del 12 de mayo celebrará este lunes su sesión constitutiva, en la que habrá que elegir la presidencia de la cámara, dos vicepresidencias y cuatro secretarías.
La presidencia del Parlament es un cargo clave, ya que es quien debe proponer a un candidato a la investidura: a partir del lunes se activa un plazo de diez días hábiles en el que deberá abrir una ronda de consultas entre los líderes parlamentarios y convocar el debate de investidura, donde el candidato ha de reunir la mayoría absoluta en primera ronda o la mayoría simple en segunda vuelta.
El PSC, ganador del 12M con 42 diputados, aspira a conseguir el timón del Parlament: lo tendría garantizado si el PP y los comunes le prestasen sus votos, pero si no, el independentismo puede hacerse con la presidencia de la cámara y elegir una "Mesa antirrepresiva" consensuada por Junts, ERC y la CUP que admita el voto de Carles Puigdemont y otros diputados que permanecen fuera de España.
Tanto el primer secretario del PSC, Salvador Illa, como el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont se han postulado para la investidura, que deberá celebrarse como muy tarde el 25 de junio. Será la próxima presidencia del Parlament la que desempate y decida quién optará primero a la investidura: Illa espera contar con el apoyo de los comunes y busca también el 'sí' de ERC, que venderá caros sus votos -una financiación singular para Cataluña será la principal de sus condiciones-, mientras que Puigdemont necesita una carambola por ahora inverosímil, ya que además del apoyo de Esquerra le haría falta la abstención de los socialistas.
Un calendario muy claro
Si fracasa la primera investidura a finales de junio, se abrirá un periodo de dos meses -el límite no iría más allá del 25 de agosto- en el que puede haber nuevos intentos de elección de un president, pero si vence el plazo sin que eso haya sido posible Cataluña se verá abocada a una repetición electoral en octubre.
Cuando la ley de amnistía aprobada la semana pasada entre en vigor, Puigdemont espera que le retiren las órdenes de detención y pueda regresar a Cataluña, según ha prometido, para el día en que se celebre el primer debate de investidura, incluso a riesgo de ser detenido si los jueces le mantienen las medidas cautelares.
Sin embargo, el cabeza de lista de Junts al Parlamento Europeo, Toni Comín, que prevé regresar a Cataluña con Puigdemont y con el exconseller Lluís Puig siete años después de su huida, relativiza los plazos de regreso y no descarta que sea no para el primero, sino para un segundo debate de investidura, en julio o agosto.
Oriol Junqueras ha anunciado que a partir de este lunes abandonará la presidencia de ERC, un gesto que prevé que sea provisional, para volver a postularse para liderar el partido en el congreso que los republicanos celebrarán el próximo 30 de noviembre.
La maniobra de Junqueras para prolongar su liderazgo al frente de ERC y aspirar a la presidencia de la Generalitat en unas futuras elecciones, cuando ya le haya sido aplicada la amnistía, choca con el criterio de buena parte de la dirección del partido, que defiende una renovación de caras, empezando por la secretaria general, Marta Rovira, que dejará el cargo en el congreso de noviembre, un cónclave que los republicanos afrontan por ahora divididos.