La coalición de Sumar atraviesa una de sus mayores crisis desde su creación. Este viernes, numerosas figuras dentro de la plataforma han pedido explicaciones y han lanzado un llamamiento a la reestructuración de un partido que, desde sus raíces, se posiciona como una organización feminista. Lo más urente, según los líderes de la formación, es la elección de un nuevo portavoz en el Congreso, lo que podría servir como termómetro para medir el consenso dentro de la coalición.
Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida, ha declarado que es momento de tomar medidas "de cirugía radical" para reorganizar el grupo parlamentario y dar inicio a una nueva etapa. Según fuentes de laSexta, se ha decidido que todos los cargos de Sumar y su dirección recibirán formación en violencias machistas y masculinidades, como parte de un compromiso renovado con los principios feministas.
Uno de los mayores puntos de fricción es encontrar un sustituto para la portavocía en el Congreso, con posturas encontradas entre Izquierda Unida y otros sectores de Sumar. Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España y diputado en el Congreso, ha afirmado que el sucesor debería ser una mujer, en un intento de reafirmar el compromiso feminista de la coalición.
Según el politólogo Lluis Orriols, la coalición ha entrado en un "periodo crepuscular" y su futuro es incierto. El excoordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ha lanzado una reflexión: "No es verdad que, aparte del ideario feminista, seamos organizaciones feministas, tenemos tanto de machistas como el resto de la sociedad". Esta autocrítica, según los expertos, es más penalizada en la izquierda, y el desgaste de la imagen de Sumar podría ser su mayor reto.