La célula yihadista desarticulada quería atentar contra el Parlament, sinagogas y hoteles; secuestrar a la directora de un banco para financiarse, y capturar un rehén, vestirlo de naranja y grabar su ejecución. En las conversaciones de los yihadistas detenidos se puede leer frase como: "Sabes que morir en nombre de Alá no duele, es como un pellizquito". "Lo sé, es como si te picara una abeja. A lo mejor Alá nos está preparando algo mejor".
En la conversación entre dos de sus miembros que fue captada por los Mossos d'Esquadra, cuerpo que introdujo un infiltrado en la célula y que identificó a su líder. Antonio Sáez, peluquero, español de nacimiento y residente en Terrassa.
Así lo describió el infiltrado en sus informes, incluidos en el sumario judicial: "Un día se me cruzan los cables y realizar un acto que sería una pasada". El dato más llamativo es que Antonio Sáez no procede de círculos islamistas radicales. Carlos Quílez, periodista de investigación de 'Economía Digital': "No ha venido de las catacumbas del Islam, tiene toda la información de un occidental", cuenta.
El infiltrado de los Mossos reflejaba día tras día la creciente peligrosidad de Sáez: "Hay que atentar en España". Y las escuchas muestran cómo sus miembros querían unirse a los terroristas del Estado Islámico: "Yo me voy a Siria". En la Operación Caronte fueron detenidos Sáez y otros diez yihadistas sospechosos que serán juzgados por la Audiencia Nacional.