La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ya está revisando la vacuna rusa para su posible aprobación en Europa. Este hecho solo significa una cosa: como ha ocurrido con inyecciones anteriores, como la de Pfizer, Moderna o AstraZeneca, el ente chequeará en tiempo real, conforme se publiquen los datos, la eficacia y la calidad de este antídoto contra el coronavirus.
Por el momento, esta examinación continuará hasta que haya suficiente información disponible para presentar una solicitud formal para su comercialización en la UE, algo para lo que la EMA no tiene un calendario fijado todavía.
No obstante, ante estas intenciones, y sobre todo después de que la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, abriera la puerta a su utilización, la compra de la Sputnik V se vuelve una posibilidad cada vez más real. Ahora bien, ¿cómo es esta vacuna? ¿Se utilizará en España?
Así es la inyección rusa
La Sputnik V fue desarrollada por el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya de Rusia. Según explica la EMA, esta inyección está formada por dos virus: Ad26 y Ad5, que pertenecen a la familia de los adenovirus.
Concretamente, con respecto a la vacuna rusa, estos adenovirus —el COVID-19 es uno de ellos, porque suele afectar a los pulmones, aunque también pueden dañar otras membranas— han sido modificados para contener el gen que produce la proteína de la enfermedad. Es decir, ponerse la inyección, afirma la EMA, no implica que el virus “pueda reproducirse en el cuerpo ni causar enfermedades”.
Más bien todo lo contrario: "Si la persona vacunada entra en contacto con el SARS-CoV-2, el sistema inmunológico reconocerá la proteína de pico en el virus y estará preparado para atacarlo", afirma la entidad. Con respecto a su efectividad, como indicábamos, es algo que todavía está en revisión.
Sin embargo, ya hay estudios que se aventuran a remarcar su eficacia. Por ejemplo, según un estudio revisado por pares publicado en la prestigiosa revista científica 'The Lancet', la Sputnik V ha sido capaz de neutralizar el virus en un 91,6% de los casos. Unas cifras que se asemejan a la efectividad de Pfizer o Moderna, que llegan hasta el 95 y el 94,1%, respectivamente. Junto con eso, como estos antídotos, requiere de dos dosis para ser efectiva.
¿Podría ser utilizada en España?
La respuesta es sí. Pero con un condicionante en el que Sanidad ha insistido en más de una ocasión: para su utilización, la vacuna rusa debe de haber sido aprobada por la EMA. En este sentido, el pasado mes de febrero Carolina Darias aseveró que el Gobierno "va a recibir entusiastamente cualquier vacuna que sea aprobada": " Ese es el único margen", sentenciaba la ministra.
Por esta razón, el rolling review al que se está sometiendo la Sputnik V se convierte en la clave principal para su pronta utilización en nuestro país. Concretamente, este proceso de revisión, que ha sido aplicado en la mayoría de inyecciones contra el coronavirus, es diferente al de las vacunas comunes.
Al contrario de lo que ocurría con estas, en las que la solicitud debía estar finalizada antes de su aprobación, ahora la EMA revisa los datos a medida que están disponibles a partir de estudios en curso. De cumplir este último paso, la vacuna rusa podría ser aprobada en Europa y, por ende, en España.
¿Por qué antes no y ahora sí?
Técnicamente, Europa no ha dado en ningún momento su sí. De hecho, las declaraciones de la Comisión Europea en los últimos días se han acercado más al "ya veremos" que a la certificación del uso de la vacuna rusa en el viejo continente.
En este sentido, destacan principalmente las asunciones de Eric Mamer, portavoz del Ejecutivo europeo, que siempre ha establecido como línea roja el hecho de que la vacuna rusa, en caso de aprobarse, deberá ser producida en territorio de la UE.
"Llegado el momento, si la Comisión y los Estados miembros deciden negociar un contrato con los fabricantes de la Sputnik V, lo comunicaremos. Estamos en negociaciones con Novavax o Valneva, pero no con los fabricantes de Sputnik. Por el momento esta es la situación", expresaba el mandatario.
De este modo, según los dirigentes de la propia comisión, "no hay ninguna obligación para la CE de incluirla en la lista". Aunque esto contrasta con lo que está ocurriendo en otros países, donde precisamente la vacuna rusa sí se ha convertido en parte del listado de opciones.
Hungría, la República Checa y Eslovaquia están inoculando la Sputnik V en estos momentos, mientras que Dinamarca y Austria ya han anunciado que cooperarán con Moscú para la fabricación y distribución de las futuras vacunas adaptadas a las variantes del virus.
Esta brecha tanto en el este como en el norte del continente, junto a la escasez de dosis y a los problemas comerciales con algunos de los principales fabricantes, han hecho que el antídoto ruso aporree con cada vez más fuerza las puertas del Europarlamento. Aun así, en Bruselas todo se mantiene igual, hasta que lleguen nuevos resultados de los estudios.