Sanidad ha publicado un protocolo para las piscinas públicas que también habrá que aplicar a las privadas, aunque todavía no se ha referido a ellas explícitamente. Sin embargo, desde el Consejo General del Colegio de Administradores de Fincas afirman que para ellos "carece de sentido que haya que aplicar los mismos criterios que cualquier entidad pública".
Y es que, limpiar y desinfectar las duchas, las escalerillas, el propio vaso de la piscina, o los vestuarios será necesario para que podamos disfrutar este verano de un baño.
Consideran que estas normas no pueden ser iguales para ellos porque además "van a suponer, sin lugar a dudas, un coste para las comunidades de propietarios". Estas comunidades reclaman criterios técnicos y protocolos comunes para que que no dejen en manos de presidentes y de una comunidad la adopción de medidas sanitarias que "exceden claramente de sus facultades".
Por ejemplo, controlar el acceso y el aforo será clave y "no solo en las instalaciones de las piscinas, sino también en el interior del agua hay que mantener una distancia social", como recuerda el investigador José Ángel Morales-García. Porque, aunque el agua no transmita el virus, la cercanía de las personas dentro del agua sí crea peligro.
Una distancia social que es difícil de controlar en algunas comunidades que ni siquiera tienen socorristas y van a tener que empezar a trabajar en el diseño de un protocolo de seguridad que garantice que los usuarios se puedan bañar manteniendo la distancia adecuada.
Para conseguir todas estas medidas, calculan que al menos tendrán que pasar cinco semanas en las que hay que tener en cuenta los tiempos que ello conlleva la limpieza y desinfección de las instalaciones, el tratamiento del agua, la gestión de incidencias y la contratación de socorristas.