España ha vuelto a rendir homenaje a la Constitución Española, y lo ha hecho en un 6 de diciembre totalmente atípico, en un contexto marcado por la pandemia del coronavirus y por uno de los escenarios políticos más fragmentados y polarizados que se recuerdan. También, con las sombras de los escándalos de Juan Carlos I cada vez más extendidas y la reforma del Poder Judicial en el punto de mira, eje de los discursos de numerosos líderes políticos que han asistido al acto.
La crisis sanitaria ha obligado a trasladar la celebración de los 42 años de la Carta Magna a la calle. Allí, ante las puertas del Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez ha defendido su vigencia y su importancia para la convivencia democrática. En concreto, el presidente del Gobierno ha puesto en valor la Constitución como el "mayor logro de nuestra historia colectiva" porque ha permitido activar el estado de alarma para dar "respuesta eficaz a la peor pandemia del último siglo".
Se trata de una Constitución que, según ha destacado el líder del Ejecutivo en su breve intervención, "salva vidas" y cuyo "espíritu social se ha elevado a la máxima categoría" con la aprobación de los Presupuestos que ha logrado el Gobierno de coalición. En esa misma línea se ha expresado Meritxell Batet, reclamando una lectura "integradora" de la Carta Magna sin usos partidistas. La presidenta del Congreso ha afirmado que esta "debe generar confianza, estabilidad y punto de encuentro para aunar voluntades, no para imponer las propias".
Batet ha proseguido argumentando que "el objeto del debate político democrático no es eliminar al contrario, sino integrarlo y transformar sus posiciones", y ha precisado: "La democracia y la Constitución exigen aceptar al otro y considerar sus argumentos, asumir sus posibles ventajas, someter a crítica sus razones y, desde luego, aceptar su plena y legítima participación en nuestro sistema político e institucional.
Hay enemigos de la Constitución y herederos de ETA en la dirección del Estado"
Se trata de una visión diferente a la que han ofrecido otros líderes políticos como Pablo Casado, que ha lamentado en una breve intervención que haya "enemigos de la Constitución y herederos de ETA en la dirección del Estado". El presidente del Partido Popular ha asegurado que la Carta Magna la construyeron "los moderados y quedaron fuera los radicales", y ha añadido: "No vamos a permitir que lo echen todo por tierra".
Casado también ha querido poner en valor la figura de Juan Carlos I después de conocerse que el rey emérito ha presentado una regularización fiscalpor el uso de tarjetas de crédito con fondos opacos. "Yo me quedo con su legado. Lo que haya hecho de forma privada es otro poder del Estado quien tiene que juzgarlo", ha apuntado el líder del PP después de que Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, haya aseverado que la última acción del monarca es "una confesión de que ha defraudado a Hacienda, y lo hace porque le han pillado".
Pablo Casado no ha sido el único en destacar la labor que ha realizado Juan Carlos I por España. También se ha expresado así la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: "Del rey sólo me quedo con su legado, valoro su figura, no su situación fiscal". Frente a ello, cree que "hay miembros del Gobierno quequerrían derrocar esta Constitución". Sobre el chat de militares retirados en el que se hablaba de fusilar a 26 millones de españoles y efectuar "maniobras como en el 36", Ayuso ha afirmado que entiende que haya militares "preocupados por la deriva política".
Como Casado y Ayuso se ha manifestado Iván Espinosa de los Monteros. El portavoz parlamentario de Vox ha dicho que comparte "la preocupación de muchos militares" ante "un Gobierno que ha puesto tan en riesgo la Constitución". Al igual que el presidente de los populares, el dirigente de la formación de extrema derecha ha apuntado que "hay enemigos en la dirección del Estado": "Seguiremos oponiéndonos al peor gobierno de la historia de España. La constitución está en peligro".
Un homenaje con ausencias políticas notables
El aniversario de la Constitución ha estado marcado también por la ausencia de los líderes de Ciudadanos y Vox. Inés Arrimadas ha viajado a Barcelona, donde "no se defienden las libertades", para celebrar "los 42 años de libertad" de España: "Les debemos mucho a quienes lo hicieron posible. Protejamos su legado y sigamos su ejemplo". La presidenta de la formación naranja ha anunciado además que van a "regalar una Constitución Española a todos los ayuntamientos gobernados por el separatismo, donde no se respeta la libertad y la neutralidad del espacio público".
A la Ciudad Condal también se ha trasladado el máximo dirigente de la formación de extrema derecha. Allí, Santiago Abascal ha lamentado que "el mayor enemigo" de la Carta Magna es el actual "Gobierno socialista" y que "el terrorismo separatista que durante cuatro décadas ha matado a compatriotas" ahora se ha incorporado "a la dirección del Estado", en un "proceso de ruptura" que se aceleró en 2004 con los pactos del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero "con ETA y Josu Ternera".
Como es habitual, también han faltado al acto de conmemoración los presidentes de Cataluña, Euskadi y los líderes de los partidos independentistas y nacionalistas. Desde el País Vasco, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha asegurado que la Constitución "está secuestrada, cuestionada e incumplida". Por su parte, Arnaldo Otegi, coordinador general de EH-Bildu, ha denunciado que "es fruto de un pacto entre los sectores que alimentaron y sostuvieron el régimen de Franco".
Por ello, otros líderes políticos han apelado a una reforma de los artículos que más polémica han generado entre los diferentes sectores políticos en los últimos años. "Convendría complementarla, revisarla, reformarla. Las constituciones vivas son las que son modificadas", ha señalado el primer secretari del PSC, Miquel Iceta. Además de Madrid, se han celebrado actos en homenaje a la Constitución en otras ciudades de España.