Ante la actitud del gobierno con la consulta catalana, sacar las urnas fue, para el presidente en funciones de la Generalitat Artur Mas, un acto de dignidad. "Cuando tienes esta respuesta solo tienes dos alternativas: o te inclinas o plantas cara", ha considerado.

Así lo hizo. Mas plantó cara y, por ello, ha tenido que rendir cuentas ante los tribunales. Ahora, envalentonado y con el apoyo masivo que recibió este miércoles a su entrada en el TSJC, no descarta desobedecer si finalmente le inhabilitan.

Aprovechando el entendimiento, Mas pide apoyo para llegar a su objetivo: ser presidente. "Usted puede investir un presidente, es un acto de un solo día. Y al día siguiente de haberlo hecho está en la oposición y dice que no a todo si quiere", ha explicado el presidente en funciones, encomendando su mensaje al líder de la CUP, Antonio Baños.

Dicha formación, por su parte, sigue diciendo únicamente que no a él, porque sí quieren seguir adelante con el proceso, cueste lo que cueste. "Vamos a empezar a trabajar en una constitución catalana y vamos a fundar una república. Todo junto sería la acepción de 'montar un pollo'", ha explicado Baños.

Desde el Gobierno, en cambio, critican duramente la actitud de Mas frente a su comparecencia por la consulta del 9N. "Está dispuesto a colocarse por encima de la democracia, creo que piensa que la democracia es él", ha dicho Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, va un paso más allá y está dispuesto a todo para frenarles. Incluso, a suspender la autonomía aplicando el artículo 155 de la Constitución. "Si llegase el momento, habría que aplicarlo", ha asegurado Catalá.

A esta reflexión ha respondido Mas duramente. "Otra amenaza, y no será la última. Este es el carácter de esta gente", ha apostillado el presidente en funciones. Posturas totalmente opuestas que le han llevado finalmente ante el juez.