No existe una receta clara sobre cómo o cuándo aplicar un confinamiento. Sin embargo, hay dos aspectos clave a tener en cuenta: la transmisión comunitaria y la capacidad de respuesta estratégica. "Cuando el número de casos aumenta muy rápidamente y es difícil localizar las fuentes de infección y sus contactos", ha explicado el epidemiólogo Juan Gestal.

La situación es la siguiente: cuando aparece un positivo se rastrean sus contactos, lo puede llevar a detectar otros casos. Esto, según el ministerio de Sanidad, ya sería un brote, pero sería local y estaría controlado. Sin embargo, cuando empiezan a aumentar las cadenas y a aparecer casos ciegos, es decir, sin contactos positivos, podríamos estar ante un brote descontrolado.

Es lo que ha ocurrido en Lleida. Allí, además, hay que sumar la presencia de un elevado número de temporeros que se desplazan con cierta normalidad de unas a zonas a otras por trabajo. "Cuando empiezas a encontrar muchos casos sueltos es que hemos llegado tarde previsiblemente porque la mayor parte de los casos eran asintomáticos", ha destacado Salvador Peiró, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.

"Entendemos que hay que ir caso a caso, haciendo un seguimiento muy escrupuloso", detalló Alberto Garzón, ministro de Consumo, en una entrevista concedida a laSexta noche, donde añadió: "Cuando ocurren este tipo de eventos en los que hay un rebrote, existen los mecanismos suficientes para actuar".

No existe un espacio mínimo ni máximo para la medida. En Aragón fueron cuatro comarcas, donde más de 80.000 personas han vuelto a fase 2. En Segrià, la restricción de movilidad afecta a más de 200.000 ciudadanos de una misma comarca. Y antes incluso del estado de alarma, en Cataluña ya se decretó el confinamiento en cuatro ayuntamientos de la provincia de Barcelona.

No obstante, la medida puede ser tan reducida como la adoptada en Santander hace una semana, aislando tan solo un bloque de pisos. "La regla es causar el mínimo daño posible a la población", ha puntualizado Salvador Peiró. Las restricciones se mantendrán como mínimo 14 días que es el periodo de incubación y desarrollo de la enfermedad. A partir de ahí, desaparecería el riesgo de contagio.