La incongruencia 'popular'

Cuando China no era el enemigo comunista, sino la asignatura pendiente: el cambio de discurso del PP sobre el gigante asiático

El contexto
¿Saben qué tienen en común Aznar, Rajoy y Feijóo? Que los tres fueron a Beijing para intentar estrechar lazos con este país. Lo que hoy Ayuso califica de venderse al comunismo entonces para los dirigentes del PP era una oportunidad de negocio.

Cuando China no era el enemigo comunista, sino la asignatura pendiente: el cambio de discurso del PP sobre el gigante asiático
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Son muchas las voces del Partido Popular que critican el viaje de Pedro Sánchez a China pero, ¿saben qué tienen en común Aznar, Rajoy y Feijóo? Que los tres fueron a Beijing para intentar estrechar lazos con este país. Lo que hoy Ayuso califica de venderse al comunismo entonces para los dirigentes del PP era una oportunidad de negocio.

A la recepción de José María Aznar en la China comunista, claro, no le faltó ni un solo detalle. Ni el himno patrio, ni la visita a la gran Muralla China. Hace 25 años, Aznar saboreaba cada día en el lejano Oriente. Aunque solo uno le había bastado, decía, para confirmar todo lo que había oído del país. Entonces para el PP, China no era el enemigo, sino la asignatura pendiente.

"El empeño necesario para aprobar la asignatura pendiente que China constituye para España", aseguraba José María Aznar en 2000. Gran potencia, milagro económico chino, decían. Todo era maravilloso. Las oportunidades de negocio eran música para sus oídos. Los populares desfilaban por el país y, como Cospedal y Pons, daban palmas a la República Popular China.

Apretones de manos y euforia, aunque la visita de Rajoy no tanta, ya que casi se queda dormido. El objetivo de todos los 'populares' que han pasado por el gigante asiático era captar inversión. Y no solo eso los líderes del PP, sino que también presidentes autonómicos como Moreno, Bonilla y el de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

"Creo que es necesario que una economía abierta y competitiva como la gallega, que está ganando año a año capacidad de exportación, venga a China", apuntaba Feijóo en 2017. Entonces no era un error sino una necesidad negociar con la China, sí, comunista.