Era febrero de 2016 y Pablo Casado ocupaba la vicesecretaría general de Comunicación del PP. El ahora líder de la formación popular contemplaba la opción de que Rita Barberá, entonces al frente de la Comisión Constitucional en el Senado, diera "un paso atrás" para "seguir con su labor de defensa, puesto que no pesa sobre ella ninguna imputación".
Casado se pronunciaba en estos términos antes de que la que fuera alcaldesa de Valencia fuera imputada finalmente por presunto blanqueo de capitales en el Ayuntamiento de Valencia. El Tribunal Supremo citaba a declarar a Rita Barberá el 21 de noviembre de 2016. Tan sólo dos días después, el 23 de noviembre del mismo año, fallecía en un hotel de Madrid.