Habemus acuerdo. Tras cuatro días de negociación, esta madrugada los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea (UE) han firmado un acuerdo por el que España recibirá un total de 140.000 millones de euros, de los que 72.000 millones serán a ayudas a fondo perdido.
Este plan de rescate tendrá una duración de tres años y se enmarcará dentro del presupuesto europeo de 1.074 billones de euros para 2021-2027, según ha señalado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel en su cuenta de twitter.
Mientras tanto, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sanchez, ha declarado que Europa "ha tomado una respuesta unida común a una crisis social, económica y sanitaria". Además, en su cuenta de twitter, ha expresado que se trata de un "acuerdo histórico para Europa y España".
Veamos qué implica recibir 72.000 millones de euros a fondo perdido y por qué el presidente lo ha calificado de "hito histórico".
¿Qué significa a fondo perdido?
La financiación a fondo perdido es un tipo especial en el que no se exige la devolución del dinero, tampoco hay intereses ni comisiones de ningún tipo. Sin embargo, sí se necesita justificar a qué se van a destinar los fondos concedidos.
Este tipo de ayudas se utilizan para activar la economía de un país, por este motivo, se suelen conceder a empresas que generan empleo y puedan impulsar la sociedad y la economía.
También existe la opción, como en este caso, de ofrecer este tipo de préstamos a fondo perdido a zonas desfavorecidas que han sido protagonistas de una crisis o catástrofe. En esta situación, las administraciones inyectan dinero en un territorio para favorecer la pronta recuperación de dicho territorio.
El Plan Marshall, un fondo perdido del siglo pasado
Como se ha señalado anteriormente, las ayudas a fondo perdido son muy comunes en programas para empresas. Un ejemplo de ello es Horizonte 2020 al que la Unión Europea dotó de casi 80.000 millones de euros para el periodo 2014-2020. Se trata de una iniciativa que buscaba reforzar el desarrollo de las TIC o la nanotecnología en España.
Una situación más parecida a la actual la encontramos en la mitad del siglo XX, cuando los países de Europa occidental recibieron las ayudas del Plan Marshall para hacer frente a la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra, Europa fue protagonista de una crisis económica sin precedentes en la que disminuyó la producción agrícola y también los intercambios comerciales. Para hacer frente a esta situación, Estados Unidos puso en marcha un plan de ayuda económica masiva. El motivo fue que sin Europa no podía haber "ni estabilidad ni política ni paz asegurada", según expresó el por entonces secretario de Estado norteamericano, George C. Marshall.
A cambio de la ayuda prestada, los estadounidenses obtuvieron beneficios políticos y económicos porque los europeos protegieron sus inversiones. Al igual que las ayudas recién aprobadas, el Plan Marshall también pasó por el Congreso, donde los demócratas norteamericanos tuvieron que convencer a la mayoría republicana de los países occidentales. Finalmente, Truman consiguió poner en funcionamiento estas ayudas y fundó la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE) para gestionarlas.
De esta forma, se materializó la colaboración entre EEUU y varios países europeos, que supuso una dotación en ayudas de 12.000 millones de dólares entre 1948 y 1951. Se calcula que España entonces recibió una asistencia económica de 800 millones de dólares, de los que 500 fueron a fondo perdido.