"Ayer pasadas las 22:00 horas, el Centro Nacional de Microbiología confirmó que una de las cinco muestras procedentes de La Gomera ha dado positivo". Así trasladó Salvador Illa a los medios de comunicación el 31 de enero de 2020 el primer caso de coronavirus de España.
Esas cinco muestras a las que se refería el entonces ministro de Sanidad y ahora candidato a la Generalitat por el PSC eran las de cinco turistas alemanes en La Gomera, de los cuales dos de ellos estuvieron en contacto con el portador de la COVID-19, que por entonces no tenía ese nombre.
El resto, como suele decirse, es historia. 365 días después de dicha notificación por parte del Ministerio de Sanidad, la pandemia nos golpea con su tercera ola de contagios, cambiando nuestra vida por completo y con la esperanza, todavía lejana, de que las vacunas acaben devolviendo la ansiada normalidad a la sociedad.
Illa trasladó entonces un mensaje de "confianza" en el sistema de salud antes de convocar el primero de muchos Consejos Interterritoriales con las distintas comunidades autónomas. "No se descarta que las otras personas puedan desarrollar el virus en los próximos días", aseguraba.
Lo cierto es que, más de 300 informes de Sanidad después, España suma 2.743.199 casos confirmados de coronavirus, lamentando el fallecimiento de 58.319 personas por la enfermedad. Eso sin contar los datos que las comunidades autónomas están aportando durante el fin de semana.
Son ellas las que ahora, después del mando único que estableció el Gobierno en los meses más duros de la pandemia, toman las medidas oportunas para intentar frenar unos contagios que, lejos de mitigarse, van a más impulsados por la movilidad ciudadana en fechas señaladas, como pudo ser en verano o en Navidad.
Ahora, la esperanza está puesta en las vacunas. Desde el Ministerio de Sanidad, primero Illa y después Darias, han insistido en que se espera que el 70% de la población española haya sido inmunizada contra la COVID-19 en verano.
Pero, 365 días después, todavía nos preguntamos qué panorama espera, no ya en los próximos 365 días, sino en las próximas semanas. La pandemia, lejos de estar cerca de su final, sigue golpeando sin descanso en todo el mundo.