Laura ha recorrido pasillos muy distintos estos meses. Hace cuatro meses tuvo que suspender su boda al ser ingresada por coronavirus. 21 días estuvo en la UCI, desde donde nos contaba que necesitaba “llevar el carrito” para poder respirar.
El contacto con su familia fue clave para ganar la pelea en el Hospital Univeritario de Ourense, desde donde dejó claro que el virus también ataca a los más jóvenes. “Por suerte sólo caí yo”, nos cuenta.
Si hubo algo que fue clave en su recuperación fue su actitud, su esperanza, la cual nunca perdió: “Subíamos como un trapo -a la UCI-, pero se puede”, decía todavía desde el hospital. En sus revisiones dejaba claro que no quería dejar pasar el momento de celebrar su boda... y tanto que lo ha hecho.
Han tenido que respetar la distancia de seguridad y el aforo al 50%, pero la alegría y el mensaje de amor frente a todo bien lo valen. “No nos relajemos, que el virus todavía sigue”, nos recuerda Laura.