Turno hoy en eljuicio al 'procés'para los guardias civiles que dirigieron el registro a la Conselleria de Economía el 20S. El máximo responsable ha asegurado que Jordi Sánchez, el entonces líder de la ANC, se presentó "como interlocutor válido de la masa", y que "nunca accedió" a las propuestas de la Guardia Civil para que pudiesen entrar en el edificio los detenidos en condiciones de seguridad.
El teniente, ahora capitán, y responsable de la comitiva judicial ha dicho que, aunque Sànchez tener "actitud colaborativa", se negó a acceder a las alternativas que le sugerían los mandos de la Guardia Civil y "ni siquiera" se las planteó a los concentrados. Ya en la primera reunión que mantuvieron aquella mañana, Sànchez era, según el testigo, quien llevaba "la voz cantante" en materia de seguridad y la intendente de Mossos Teresa Laplana "aceptaba todas las soluciones" que éste planteaba.
El expresidente de la ANC les ofreció un cordón de voluntarios para que pudiesen acceder al edificio los tres responsables de la Conselleria detenidos: Josep Maria Jové (mano derecha de Oriol Junqueras), Natàlia Garriga y Mercedes Martínez. Pero no permitió que por ese pasillo accediesen "ni personal uniformado ni vehículos logotipados", ni tampoco coches camuflados y personas de paisano.
Según el teniente, Sànchez quería que los detenidos fuesen "libres" acompañados de agentes, aunque no le llegó a decir que no fuesen esposados, y el acceso debía ser "a pie a través de la masa", una solución que, a juicio de la Guardia Civil, "no daba ningún tipo de seguridad" a los arrestados. En ese punto, Sànchez rechazó habilitar un pasillo más grande ni intentar apartar "cuatro metros" a los concentrados, una solicitud que le plantearon aprovechando su "poder sobre la masa".
El teniente ha relatado que pasadas las nueve de la mañana ya vio que empezaba a crecer el número de concentrados y que la calle estaba cortada, por lo que entendió que había un "elemento objetivo de afectación al orden público y de seguridad ciudadana" y pidió a los Mossos que moviesen a los manifestantes para dejar libre la vía de acceso a la Conselleria. Sobre esa hora se presentó la intendente Laplana y cuando él le propuso que hicieran ese cordón le dijo que "ella no observaba ningún tipo de afectación a la seguridad ciudadana y que iba a mantener así la situación". Esta respuesta, ha indicado, le provocó "indignación" porque poder cortar la calle era "un elemento objetivo, no una valoración subjetiva".
Pasada una hora, sobre las 10.30, ya no era posible hacer ese cordón porque la gente iba en aumento, y fue cuando el teniente pidió a Laplana que "por lo menos" los Mossos hicieran un cerco a los coches de la Guardia Civil "porque había armas". ¿Qué le respondió?, ha preguntado el fiscal. "Que lo valoraría, y ahí me quedé". "¿No mostró preocupación? El gesto de la señora Laplana era bastante... no era muy expresiva. No mostró preocupación, pero tampoco en ningún momento alegría, no era muy expresiva". Una hora después y sin que los mossos hicieran nada para proteger los vehículos, los agentes constataron que la gente había podido acceder a ellos, y entonces "se le pide encarecidamente, se le ruega" a Laplana que haga el cerco. En ese momento, según su relato, Laplana hizo una llamada y él notó "cierta actividad" de los Mossos para cumplir la solicitud.
En su interrogatorio ante el fiscal Javier Zaragoza ha asegurado que en condiciones normales podrían haber salido nada más terminar los registros a las 21.30 "Lo que pasa es que no tuvimos la osadía de ejercer nuestro derecho deambulatorio ni libertad de movimientos porque nos habrían machacado", ha dicho el oficial, que ha recordado que "ese riesgo objetivo y evidente" era compartido por las dos mossas que estaban en la puerta cuando le dijeron: "Si salís con las cajas os matan".
Ese riesgo no solo lo tenían los guardias civiles y las agentes de Mossos sino que el oficial ha apuntado que también lo veían así los 'Jordis', cuando le dejaron claro que los agentes uniformados no podían salir con las cajas por el pasillo que ellos ofrecían. "Me atrevo a decir que cuando Sánchez y Cuixart dijeron que no podían salir los agentes con las cajas es porque existía un riesgo de que nos atacaran, si no ¿qué más les da que hubiéramos salido?"