Con 5.753 contagios y 136 fallecidos en nuestro país. Sánchez pronunció esas palabras que cambiaron la vida de los españoles: "Comparezco para dar cuenta del Consejo de Ministros Extraordinario en el que hemos aprobado el ya anunciado estado de alarma".
Un mecanismo casi desconocido entonces que nos presentó una situación atípica que requería "decisiones extraordinarias", como extraordinario, raro y singular fue ver calles emblemáticas de nuestro país totalmente vacías.
El silencio fue lo único que recorrió las calles desiertas de nuestro país. Por primera en la historia, y por difícil que pudiera parecer, los más de 44 millones de españoles hicimos lo mismo: quedarnos en casa. Nos obligaron a encerrarnos, pero no a detenernos.
Bastó un mensaje en redes sociales para que todas las tardes, a las 20:00 horas, se dedicasen aplausos emocionantes a los sanitarios que combatían -y siguen combatiendo- a la pandemia en primera línea.
Nuestros balcones se convirtieron literalmente en nuestra ventana al mundo. Clases de zumba, verbenas, el aperitivo, los conciertos, jugar al bingo e incluso abrir una discoteca. Nos convertimos en expertos culinarios y los más mayores aprendieron 'eso' de las videollamadas.
Reuniones telemáticas en las que más de un pequeño se coló sin previo aviso. El teletrabajo con ellos en casa fue para muchos padres misión imposible. El confinamiento nos obligó a readaptarnos, a mirar alrededor y a convertirnos en algo más solidarios.
La vida de golpe nos cambió, pero resistimos. Aprendimos a valorar los pequeños detalles, como fue aquel primer paseo el 2 de mayo. Por entonces nuestro país registraba 1.175 casos y 281 fallecidos al día. Volvíamos a las calles y al deporte con distancia y franjas horarias.
Al principio solos o con un conviviente y siempre separados de los más vulnerables, que volvía cada uno, como la canción, a su manera. Poco a poco, fase a fase, desescalabámos nuestras comunidades. Porque después de más 99 días de resistencia, concluyó la sexta y última prórroga del estado de alarma hasta la fecha.
El día que dijimos adiós al estado de alarma y hola al verano, pero con medidas para prevenir los contagios. Las parcelas pasaron a ser habituales entre los bañistas. A los pocos días España levanta también la cuarentena a los turistas extranjeros. La OMS pone a nuestro país como ejemplo de éxito en la contención del virus.
Para seguir siendo ejemplo arranca un mes de julio con Pamplona sin Sanfermines por primera vez desde 1938. La nueva normalidad se lleva también verbenas, fiestas patronales y otras tradiciones. Un verano sin festejos, pero verano, al fin y al cabo.
Saltamos a septiembre con su inicio escolar... o su 'no inicio'. El día 5 se registra la vuelta al cole en tan solo cinco comunidades. Octubre irrumpe con un aumento de los casos en nuestro país. España supera el millón de contagios y entonces se anuncia el segundo estado de alarma, que se alargará seis meses.
Un decreto que además permitirá a las comunidades tomar medidas más restrictivas como el toque de queda. Comienza la descentralización de medidas y con ellas, las protestas en varias ciudades españolas. Un otoño marcado por el cierre: el de comercios y restaurantes, el perimetral de municipios, las colas del hambre y los ERTE.
En lo más hondo de la pandemia, llega le primer rayo de luz: estamos en noviembre cuando Pfizer y BioNTech anuncian que su vacuna contra el coronavirus tiene una eficacia de al menos un 95%. Y tras él, un mes de diciembre de polémicas: la apertura del Zendal en Madrid con solo 16 de los casi 700 profesionales necesarios, el anuncio de la existencia de las hasta entonces desconocidas variantes y la más polémica: la necesidad de salvar o no, la Navidad.
Y se salvó. La mayoría de las comunidades alivia las medidas en los días festivos. Una relajación se pagará cara después, dando lugar al pico de la tercera ola. Pero antes, parada obligatoria en esta fecha: 27 de diciembre. Araceli, una residente de 96 años de Guadalajara, se convierte en la primera persona vacunada en toda España. Comienza la ansiada vacunación en residencias.
Con el cambio de año, explota la tercera ola. Y ya en febrero, elecciones con EPI en Cataluña. La vacunación continúa avanzando, aunque lento, en nuestro país y se rebajan los datos. Arranca febrero con la desescalada de la tercera ola: otra vez persianas arriba en la hostelería, se retoma la movilidad para buena parte de los ciudadanos... con la Semana Santa y la aprobación de la vacuna de Johnson & Johnson como telón de fondo.
365 días después, seguimos luchando contra la pandemia, informando sobre el coronavirus, intentando entender y trasladar lo que ha supuesto, supone y supondrá para todos el virus que nos cambió a todos.