Las aguas de una depuradora en Reza, Ourense u otra de Guadalajara ya están controladas por el Gobierno para anticipar nuevos brotes. En este sentido, Francisco Javier Sánchez Martínez, subdirector de Protección de Aguas y Gestión de Riesgos de Miteco afirma que "son una herramienta de soporte, de aviso y alerta temprana".
Para controlar nuevos brotes, se han escogido 30 depuradoras en municipios de casi todas las regiones y diez zonas de baño, entre las que están el río Pisuerga a la altura de Valladolid o el embalse de San Juan, en Madrid. Un equipo especializado de 20 personas recorre ya estos puntos. Una vez allí, recogen las muestras y las envían a los laboratorios que participan en el proyecto.
"Estas muestras de agua las tenemos que concentrar y reducir a un volumen pequeño para posteriormente hacer, como en las muestras clínicas, una extracción de ácidos nucleicos y la detección mediante técnicas de PCR", explica Gloria Sánchez, investigadora del Instituto de Agroquímica del CSIC.
En otras palabras, si el virus fuera un puzzle, lo que tendríamos que buscar en el agua son las fichas concretas que nos permitan montarlo. Tal y como indica Francisco Javier Sánchez Martínez, "es buscar las dianas, fragmentos dentro del ARN del virus que son identificativos de este virus o de otros virus parecidos y de la combinación de muchos de esos fragmentos se llega a la conclusión de la presencia del virus".
Cuanto mayor sea esa presencia, mayor es el contagio en esa zona. "Si empieza a haber un pico de subida de detección, se podría estar indicando que hay población asintomática que está produciendo ese virus incluso antes de que salten las alarmas clínicas", afirma José Antonio López, director de Neurovirología de la UAM.
Por ejemplo, en plena pandemia por cada litro de agua residual se encontraron en Barcelona miles de fragmentos que pasaron a cero en la fase de desescalada. Ahora en Barcelona ya se identifican en torno a diez partículas por litro.
"De momento, empezamos con una muestra semanal para ver la tendencia y en el momento en el que veamos en una determinada planta que empiezan a incrementar los números, se determinará si se coge una muestra día sí y día no, o se pueden tener muestras diarias", señala Gloria Sánchez. El objetivo es seguir el rastro al coronavirus y dar una respuesta temprana ante cualquier nuevo brote.