Durante años, el expresidente Carles Puigdemont ha asegurado que su retorno tendría un sentido institucional y que no sería un salir y entrar. "El retorno no puede ser ninguna provocación o gamberrada. No puede ser me hago una foto en Figueras y salgo corriendo", decía un 9 de abril de 2024.

Este jueves la foto no ha sido en Figueras, sino en pleno centro de Barcelona, a unos minutos a pie del Parlament. Y sí le hemos visto correr y también aparecer para desaparecer. Fueron cinco minutos de discurso y una huida, sombreros de paja y silla de ruedas incluidos.

Y eso que antes de las elecciones decía que no le amedrentaba la posibilidad de ser detenido. "El verbo no es 'temer', no temo una detención pero no contemplo que pueda producirse", decía entonces.

Sin embargo parece que este jueves ya sí contemplaba una posible detención. Pero no es la única promesa incumplida por el expresident. En campaña afirmó que casi nada le impediría estar en la sesión de investidura. "Mi obligación es ir al Parlament. Si hay debate de investidura yo estaré allí", decía en julio de este año.

Pero ayer al ser nombrado para votar en el Parlamant, lo único que estaba era su asiento vacío. También aseguraba que si no era president, dejaría la política. "Si no es como presidente tiene poco sentido que vuelva para hacer oposición", aseguraba en abril.

Y esto solo de los últimos meses, pero durante años tanto él como su abogado han jugado a afirmar que ahora sí que volvería. Pero como pasó también ayer, los hechos no dicen lo mismo que las palabras.

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