No habrá justicia ni perdón para las víctimas de Billy el Niño. La muerte de Antonio González Pacheco, que ha fallecido a los 73 años a consecuencia del virus COVID-19, pone de manifiesto los deberes que aún a día de hoy tiene pendientes la democracia para acabar con los privilegios de los instigadores de la dictadura y sus 'perros de presa'. Torturadores que en la última etapa del franquismo y en los primeros años de la Transición actuaban con total libertad y crueldad contra todo aquel que defendiera la libertad y los derechos civiles.
González Pacheco se ha ido con los mismos privilegios y la misma impunidad que ha disfrutado desde que se convirtió en una de las figuras más relevantes de la Brigada Político-Social de Franco, un cuerpo policial creado exclusivamente para reprimir todo movimiento contrario a las directrices del gobierno fascista. Más de 40 años después del fin de la dictadura, no se le han retirado las múltiples condecoraciones en honor a sus criminales métodos. Tampoco ha sido juzgado por los mismos, ni ha manifestado arrepentimiento.
Billy el Niño sacaba siempre que podía su pistola para aterrar a sus víctimas, a las que amenazaba con matar o violar. Pero en muchas ocasiones la crueldad no quedaba en el gesto, y utilizaba todo tipo de métodos para castigarlas: les propinaba brutales palizas, las golpeaba hasta dejarlas al borde del desmayo, si no habían caído ya; les daba palos en la plantas de los pies durante horas, apagaba los cigarrillos en sus caras o sumergía sus cabezas en cubos de agua helada. Cuando el castigo no era físico, dejaba sin comer, beber o dormir a sus prisioneros, en su mayoría jóvenes.
Cuatro medallas que elevaron su pensión un 50%
Por estos actos perpetrados en aquellos tiempos solo recibía en ocasiones condenas y multas leves, y eso si se llegaba a saber, porque normalmente amenazaba con matar a quien le denunciara. No obstante, al tiempo que su fama como torturador fue creciendo también lo hicieron los méritos con los que fue recompensado. Billy el Niño fue condecorado con cuatro medallas en honor a su carrera policial que incrementaron su pensión un 50%. Cabe destacar además que tres de estas medallas le fueron concedidas tras el final de la dictadura.
En 1972, le fue concedida la primera, y elevó su pensión un 10%; en 1977, consiguió una Medalla de Plata al Mérito Policial, y aumentó su pensión otro 15%; en 1980, recibió una condecoración que, como la primera, hizo crecer su pensión otro 10%; en 1982, logró una Medalla de Oro que supuso un plus del 20% de beneficios en su jubilación. Además, en 1977, el Ministerio del Ejército le concedió la "Cruz al Mérito Militar", un distintivo normalmente destinado a los miembros de las Fuerzas Armadas.
¿Por qué no ha sido juzgado?
González Pacheco no desapareció de la noche a la mañana tras la muerte de Franco. Muchos políticos, si no todos, que empezaban a ocupar los escaños en el Congreso ya conocían su particular mote, así como sus dotes para la tortura. Pero ni cuando se consiguió instaurar la democracia, ni en las escasas veces que se ha intentado reparar la memoria de las víctimas del franquismo se ha tratado más que por encima su polémico caso.
Ha sido precisamente la controvertida gestión de los sucesivos gobiernos democráticos de cara a la ampliación y la aplicación de la Ley de Memoria Histórica lo que ha provocado todo tipo de trabas burocráticas y judiciales para juzgar sus acciones. Prueba de ello es, por ejemplo, que en 2014 la Audiencia Nacional rechazó la orden de busca y captura contra González Pacheco impulsada por la jueza argentina María Servini para responder por los delitos de torturas contra 13 personas. El tribunal basaba esta decisión en que el periodo de prescripción estaba "ampliamente cumplido".
No ha sido la única acción contra él para sentarle en el banquillo de los acusados. En total, se pusieron en marcha hasta 14 querellas para que rindiera cuentas por las torturas que llevó a cabo entre los años 60 y 70. Pero en todos estos casos, la decisión de la justicia ha sido siempre la misma: no se le podía imputar un delito que ya estaba prescrito. Por tanto, hasta su muerte Billy el Niño ha sido prácticamente inocente a ojos de la ley.
En 2019, una jueza aceptó por primera vez investigar los crímenes de Billy el Niño por lesa humanidad durante el franquismo. Fue el juzgado de instrucción número 49 de Madrid el que admitió a trámite la querella presentada por la plataforma de víctimas del franquismo CEAQUA al entender que los hechos descritos "hacen presumir la posible existencia de una infracción penal". Unas diligencias que finalmente no han podido llevar al torturador al banquillo.
¿Por qué no se le han retirado las medallas?
Es cierto que, en el caso de las medallas, la legislación española no permite la retirada de una condecoración ipso facto (fundamentalmente porque la misma ley que ampara estas condecoraciones no preveía su retirada), y que recientemente se puso en marcha un plan de reforma de la Ley de Memoria Histórica que contemplase la retirada de condecoraciones y sus beneficios a quienes tuvieron conductas contrarias a los valores democráticos. Pero no ha sido hasta los últimos dos años cuando se ha planteado esta cuestión en el Gobierno.
Por supuesto, en este sentido las víctimas de Billy el Niño también se encontraron no solo con diversos obstáculos judiciales. También políticos, como se demostró en el Congreso en 2018 cuando, en una sesión de control al Gobierno de Rajoy, el por entonces ministro del Interior Juan Ignacio Zoido, manifestó que mantendría las medallas a González Pachecocon el siguiente planteamiento: "Si todo lo que aquí acaba de relatar estuviese recogido en una sentencia, que sepa usted que no hay aquí ningún diputado de esta Cámara que pudiera pensar que no solo no era merecedor de la condecoración, sino de que hubiese recaído sobre él todo el peso de la ley".
Desde el Gobierno de coalición lamentan ahora haber llegado tarde. "La muerte del torturador Gonzalez Pacheco sin haber sido juzgado, con sus medallas y privilegios intactos, es una vergüenza para la democracia y también para nosotros como Gobierno. Pido perdón a sus víctimas", ha lamentado Pablo iglesias, secretario general de Podemos.
Por ver está si, pese a su muerte, acaban retirándole las medallas a Billy el Niño, como símbolo de reconciliación de la democracia con las víctimas que pasaron por sus manos. Por ver queda también si, de conseguirlo, este hecho sienta precedente a la hora de quitarles las condecoraciones a otros conocidos torturadores del franquismoque, como González Pacheco, gozaron de estos honores.