Toser a una aplicación de móvil podría decirnos si tenemos coronavirus. Parece ciencia ficción, pero es en lo que están trabajando un grupo de investigadores catalanes que ya han comenzado con los primeros ensayos de este proyecto.
"Igual que los móviles reconocen la cara, la aplicación reconoce la tos y distingue si es COVID-19 o no", explica Brian Subirana, profesor de Harvard e investigador del MIT. Pero para que la aplicación funcione primero necesitan muchas muestras para alimentar el algoritmo.
Como la aplicación compara toses de personas con coronavirus y otras que no lo tienen, cuantas más tengan, más fiabilidad en los resultados. El funcionamiento es sencillo: accedemos a la web, grabamos nuestra tos, aunque sea forzada, y la mandamos de forma anónima. En tan solo 30 segundos podemos colaborar con esta investigación científica, que ya cuenta con un 80% de probabilidad de acierto.
Los usos de la aplicación irán más allá del diagnóstico: "Los médicos lo quieren usar para otra cosa, para seguir la enfermedad y si estás en casa que puedan advertir si la tos está empeorando para que vayas al hospital".
¿Y diagnosticar el virus solo con la voz?
Otro proyecto utiliza simplemente la voz para indicar si padecemos coronavirus. Analizan a través de otra app más de 100 parámetros fonéticos y observan si se ha producido un cambio en el aparato fonador.
"El COVID 19 suele afectar al sistema respiratorio de forma particular, por tanto, es probable que también lo sea el sonido de la tos propia de este efecto vírico, buscaremos esos patrones para diferenciar esta enfermedad de otra", cuenta Carlos Gavilán, de Biometrics.
Estas son técnicas que sustituirían a los test rápidos y que a la vez serían más económicas y masivas.
Controles de temperatura en todas partes
Cuando el confinamiento acabe, la inteligencia artificial va a estar presente en nuestro día a día para evitar nuevos contagios: en hospitales, residencias, acceso a conciertos e incluso en el trabajo. Por ejemplo, serán útiles controles tecnológicos que midan signos de sospecha como la temperatura antes de entrar a la oficina.
"El primer beneficio es esa prevención precoz de mayor número de contagios antes de que las personas compartan espacios de trabajo. En segundo lugar esperamos contribuir a mayor agilidad de cara a esa vuelta a la actividad tanto por empresas como organismos públicos", explica el CEO de la aplicación.
También será posible detectar el coronavirus a través de infrarrojos. Ya se está desarrollando un aparato que emite una luz y en menos de un minuto indica si estamos contagiados, métodos, en definitiva, que podrían suponer un antes y un después en el fin de esta enfermedad.