La concentración que se produjo frente a la Consejería de Economía de la Generalitat de Cataluña el pasado 20 de septiembre ha centrado la sesión de este lunes.
Han declarado dos tenientes de la guardia civil: uno que estaba controlando el registro dentro de esas dependencias, y otro que se encargaba de la seguridad en el exterior. Los dos han hablado de un ambiente de intimidación y de violencia, una de las características que requiere el delito de rebelión.
Han dicho, por ejemplo, que una mosso d'esquadra que estaba allí desplazada les advirtió de que si salían con las cajas incluso las "podían matar". Aseguran que incluso tuvieron que sujetar la puerta de entrada porque temían que los manifestantes pudieran echarla abajo.
Cuando ha llegado el turno de los abogados de las defensas, el primer testigo ha dicho la expresión no recuerdo en tantas ocasiones que el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha tenido que llamarle la atención para recordarle que estaba bajo juramento y que tenía la obligación de decir la verdad.