Mensaje navideño

El discurso del rey en Navidad, en cinco claves: la DANA, la crispación política, la migración y el acceso a la vivienda, protagonistas

14 minutos de discurso El monarca ha dedicado cuatro minutos y medio del discurso a hablar de la tragedia de la DANA, en un mensaje que ha sorprendido con un perfil más político y social.

Felipe VI en su tradicional mensaje de Navidad, grabado en el Salón de Columnas del Palacio Real.

Una línea más política y social, claves en el tradicional discurso del rey Felipe VI en Nochebuena, que ha tenido un claro protagonista: el dolor que provocó la DANA tras dejar zonas devastadas y más de 220 muertos el pasado octubre. De los 14 minutos del mensaje del monarca, cuatro minutos y medio fueron dedicados a esta enorme tragedia. Una vez abordada la DANA, el rey se ha enfocado en varios temas o conceptos entre ellos el bien común, los consensos y la crispación, la migración, la vivienda o la economía, entre otros.

Además de la DANA, el monarca también quiso llamar la atención sobre la existencia de una "clamorosa" demanda de serenidad en la sociedad española, provocando reacciones diversas en la política este miércoles. Felipe VI sostiene que esa serenidad sería una respuesta a la "atronadora" contienda política, una discordia que, ha advertido, no puede convertirse en un constante ruido de fondo que impida escuchar las verdaderas necesidades de la ciudadanía.

De hecho, durante el mensaje navideño, el rey pronunció hasta siete veces el concepto "bien común". Ha insistido en que "trabajar por el bien común" es algo esencial para preservar el pacto de convivencia. Pero si algo estuvo presente a lo largo de todo el mensaje fue la DANA que golpeó especialmente a Valencia hace casi dos meses, aunque no es lo único.

Comenzó y terminó el discurso con la DANA

Con el recuerdo de los 223 fallecidos y más de 800.000 afectados, Felipe VI comenzó su discurso para pedir a los políticos que afronten la gestión de la catástrofe teniendo en cuenta ese "bien común". Esta enorme tragedia se esperaba que fuera el tema principal del mensaje de Navidad del rey y así ha sido, tras visitar en cinco ocasiones la zona desde el mes de noviembre.

"Me gustaría referirme primero a la terrible DANA que golpeó especialmente en Valencia", señaló en unas primeras palabras de recuerdo y respeto por los fallecidos. "Las personas que perdieron la vida merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor", ha destacado en un discurso cargado de empatía con quienes lo perdieron todo por la fuerza del agua.

Y añadió que "miles de personas vieron cómo quedaban reducidos a escombros o, incluso, desaparecía", destacando la solidaridad de quienes han ayudado a los afectados: "Vecinos, voluntarios, equipos de Protección Civil, bomberos, ONG, y también empresas". No obstante, en el mensaje no habla del momento tenso que vivió en su primera visita a la arrasada Paiporta, sí lo desliza incidiendo en que han "comprobado y entendido la frustración, el dolor, la impaciencia, las demandas de una mayor coordinación".

Empezó su discurso con la tragedia de la DANA y lo terminó igual, con un deseo de recuperación: "Cuanto antes lo consigamos, más reforzaremos nuestro sentido de comunidad".

La crispación política

Otra clave en ese mensaje del rey fue la "serenidad". Felipe VI ha reivindicado esa serenidad como "la demanda más clamorosa", en un tirón de orejas para los políticos y su ambiente de crispación. Ha sido un año en el que la polarización ha marcado la esfera política haciendo casi imposible grandes acuerdos entre los partidos.

Por eso, el monarca, en un sorprendente perfil más político, ha pedido una cosa para 2025: "Es necesario que la contienda política, legítima pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa. Una demanda de serenidad". Un mensaje directo a nuestros políticos para intentar rebajar la tensión que hemos visto a lo largo de estos 12 meses.

"No podemos permitir que la discordia se convierta en un ruido constante de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía", afirma el rey. Lo dice en un contexto en el que los bulos, el fango, la corrupción o los ataques personales han sido los protagonistas en los distintos parlamentos, lejos de ser un espacio de entendimiento.

Frente a esa crispación, el monarca pide altura de miras "no para evitar la diversidad de opiniones, legítima y necesaria en democracia, sino para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido".

Preocupación por la vivienda y los jóvenes

Felipe VI también quiso hacer hincapié en temas sociales. El primero, los derechos humanos: "Debemos abordar los asuntos que nos preocupan y nos afectan a todos. La defensa de los derechos humanos y de las conquistas en bienestar social sobre las que se asienta nuestro gran proyecto político".

También habló del tema que más preocupa a los españoles que es la vivienda, por la dificultad para acceder a una vivienda que afecta sobre todo a los jóvenes y especialmente en las grandes ciudades. Una situación ante la que ha dicho que es importante que todos los actores implicados "reflexionen, se escuchen unos a otros, que se examinen las distintas opciones".

"Que sea ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos", ha zanjado el jefe del Estado, incidiendo en aquellos que más les cuesta acceder a un hogar. "Esta es la base para la seguridad y el bienestar de tantos proyectos de vida", ha añadido.

Los jóvenes, además, han acaparado gran parte de su discurso ya que los ha mencionado en varias ocasiones, saliendo a su defensa en aquellos avances sociales que se han ido conseguido. "La que con más empeño exige avances en materia de igualdad... La juventud que busca oportunidades y supera los obstáculos a base de mérito y esfuerzo", ha expresado.

La migración, un tema de "gran sensibilidad"

La migración también ha sido muy sonada en su mensaje navideño y lo ha definido como "un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social". También ha empleado algunas palabras a su gestión que parecen dar un golpe encima de la mesa: "Las migraciones pueden derivar, sin la gestión adecuada, en tensiones que erosionen la cohesión social".

Pero con ánimo a solucionar esas tensiones que menciona sostiene que se "precisa de una buena coordinación con nuestros socios europeos, así como con los países de origen y tránsito". Asimismo, ha incidido en la necesidad de que su tratamiento esté basado en el reconocimiento de la dignidad "que todo ser humano merece", en el esfuerzo de integración y el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia por parte de todos.

Por otro lado, ha hecho mención, poca en comparación con los discursos anteriores, a la Constitución. Y lo ha hecho para referirse a la reforma del artículo 49 de la Carta Magna: "La reciente reforma, referida a las personas con discapacidad, es un buen ejemplo de lo que podemos lograr juntos".

Los logros económicos, presentes

El rey no quiso dejar pasar la oportunidad de señalar los logros económicos. Tras señalar que "España es un gran país" con una historia modélica en el desarrollo democrático, puso en valor el buen comportamiento de la economía y el bienestar social.

"Un país con un presente que, pese a lo mucho que nos queda por hacer, por ejemplo, en materia de pobreza y exclusión social, resulta prometedor al observar el comportamiento de nuestra economía –en términos, entre otros, de crecimiento, empleo o exportaciones – y el nivel general de nuestro bienestar social", ha aseverado.

Y, por último, ha explicado que ante el "futuro, cree sinceramente que los españoles tenemos un enorme potencial que nos debe infundir esperanza, tanto en el plano nacional como en la escena internacional".