El Gobierno ha confirmado su intención de convertir en permanentes los impuestos a las energéticas y a la banca para financiar el estado de bienestar. Sin embargo, su reforma se le complica ya que es una propuesta que divide a los socios del Ejecutivo: cuenta con el rechazo rotundo de Junts y las dudas de PNV -apoyos que necesita para sacarlo adelante-, mientras Sumar y ERC la apoyan.
Según el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, la "prórroga o el establecimiento de manera permanente de estos dos gravámenes forman parte del acuerdo de Gobierno". El ministro ha asegurado que están ahora mismo precisamente viendo "cómo reestructurar estos impuestos para ser capaces de ajustarlos a ese carácter permanente".
Pero el mismo ministro reconoce que su aprobación "tiene que pasar por el acuerdo de los distintos grupos parlamentarios". Por su parte, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha confirmado que están "hablando con el conjunto de grupos políticos".
Mientras, Junts y PNV han mostrado su oposición a este tributo, incidiendo en que puede ahuyentar la inversión. Por un lado, la derecha catalana ha dejado claro este mismo miércoles que no apoyará ninguna medida que "ponga en riesgo" las inversiones en Cataluña, cuando, además, está pendiente de una inversión de Repsol en Tarragona.
Junts se opone y el PNV duda
La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, ha afirmado que ellos "ya han dicho que no hay ninguna propuesta pública por parte del Gobierno español todavía" y que esperarán. "Veremos qué pasa en los próximos días, pero sí queremos dejar clarísimo que desde Junts no facilitaremos que se apruebe nada que ponga en riesgo cualquier inversión de cualquier tipo a Cataluña y a Tarragona", ha manifestado Nogueras.
Preguntada por la inversión en Tarragona, ha incidido en que es "importantísima para Cataluña" y que no pueden poner en riesgo inversiones que son importantes. Así lo ha señalado en una alusión directa a las dos grandes inversiones -valoradas en 1.100 millones de euros en total- que Repsol aseguró que mantendrá congeladas si el impuesto del Gobierno a las energéticas acaba siendo permanente. No obstante, Nogueras ha añadido que verán "cuál es la propuesta exacta" del Gobierno español en este "paquete fiscal que se supone que tiene que presentar".
El PNV ha sido menos contundente pero ha mostrado dudas sobre este impuesto permanente. Además, en caso de aprobarse, han pedido que queden bajo el control de las Haciendas vascas. Tal como lo ha explicado este martes el presidente PNV, Andoni Ortuzar, quien ha pedido que se tenga "cuidado" con los impuestos porque "no es bueno matar a la gallina de los huevos de oro". "Nosotros, de entrar a valorar esa medida, sería que se hiciera impuesto y, si se hace impuesto, se tiene que concertar con el País Vasco, que luego tendría capacidad para organizarse y para articular ese impuesto de acuerdo con nuestra realidad fiscal y nuestra realidad industrial", ha indicado.
Apoyo de los socios de izquierdas
Mientras, los socios habituales del Gobierno, Bildu, ERC y BNG, se han alineado con la postura de Sumar. Su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, ha aseverado que este "pequeño oligopolio se está forrando" y debería contribuir, en referencia a la banca y a las empresas energéticas. Asimismo, ha afirmado que "para tener un estado de bienestar moderno hay que tener un Estado fuerte".
"Ese Estado hay que pagarlo. ¿Quién tiene que pagarlo? ¿La clase media? No. Los que lo tienen que pagar es el oligopolio energético y el oligopolio financiero, en este caso, la banca", ha incidido.
En la misma línea y con dardo incluido a Junts, el portavoz de ERC en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, ha sostenido que le "parece mal" que "la derecha catalana, española y vasca se unan en contra de esto" porque Repsol comporta el 62% de las emisiones de CO2 en el Ibex 35. "Que se junten contra esto es dramático", ha cargado en los pasillos del Congreso y ha añadido: "¡Qué menos que gravar eso!".