El líder de Coalición Cívica, Donald Tusk, ha superado este martes la moción de confianza en el Parlamento que le convierte en el nuevo primer ministro del Gobierno de Polonia. La votación puso fin a una sesión parlamentaria maratoniana -con más de 250 preguntas desde la bancada- y llena de incidentes -como el de un diputado ultranacionalista y antisemita que salió al pasillo del Congreso para apagar con un extintor las velas de un candelabro judío-, y concluyó con 248 votos a favor de la investidura de Donald Tusk.
En su intervención, ha subrayado que acabará con el "aislamiento" del país durante los años en los que ha estado al frente del Gobierno la ultraderecha Ley y Justicia. Asimismo, ha celebrado la "rebelión pacífica por la libertad y la democracia, un renacimiento cívico".
Logra así hacerse con el poder después de que el ultraconservador Mateusz Morawiecki fracasara en su intento de ser reelegido en el cargo, poniendo fin así a ocho años de poder del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS).
Está previsto que el opositor preste juramento el miércoles ante el presidente, Andrzej Duda, según la agencia de noticias PAP. Tusk, elegido el lunes por el Parlamento tras el fracaso de la moción de confianza al anterior Gobierno, ha avanzado en su primer discurso que quiere ser un aliado de Estados Unidos y que trabajará para seguir ayudando a que Ucrania se defienda de la ofensiva militar lanzada por Rusia en febrero de 2022.
Tras unos años marcados por los enfrentamientos públicos entre Varsovia y Bruselas, el nuevo mandatario ha señalado que "quien cuestione la posición de Polonia en la UE, quien apueste al terrible juego del aislamiento y la soledad", actúa en contra de los "intereses fundamentales" del país. "Polonia volverá a ocupar su lugar en Europa", ha asegurado.
No en vano, Tusk, que ya fue presidente del Consejo Europeo, quiere que Polonia pueda tener acceso a los fondos europeos que siguen bloqueados por las dudas relativas a cuestiones clave como el Estado de Derecho.