La gestión de la emergencia durante un episodio de gota fría o DANA puede ser decisiva para salvar vidas y minimizar daños. La reciente DANA en la Comunidad Valenciana ha vuelto a poner en el foco la actuación de las autoridades en comparación con 2019, cuando el gobierno de Ximo Puig activó medidas preventivas que ayudaron a mitigar los efectos de esta catástrofe.
En ambos casos, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió avisos con antelación sobre las intensas lluvias que se aproximaban. Sin embargo, la respuesta fue distinta. En 2019, Gabriela Bravo, consellera de Interior en ese momento, lideró una rueda de prensa destinada a alertar a la ciudadanía sobre los posibles peligros.
Para 2023, la administración de Carlos Mazón contaba con la tecnología del sistema ES-ALERT, que envía alertas a los teléfonos móviles cuando el riesgo es inminente. No obstante, esta alerta sonó cuando la emergencia ya estaba presente, lo que ha generado críticas sobre el momento de su activación.
Reuniones de emergencia y activación del CECOPI
Durante la DANA de 2019, Ximo Puig convocó a sus consellers antes de la llegada de las lluvias, estableciendo un estado de preparación. También reunió de manera preventiva al Comité de Emergencias CECOPI, un protocolo que suele activarse solo cuando la emergencia se materializa, pero que en ese caso se adelantó.
En contraste, Mazón convocó al CECOPI el mismo día, en la tarde en que se desató la tragedia, lo cual ha sido visto como una reacción tardía ante los avisos ya recibidos.
Suspensión de clases y refuerzo del 112
La anticipación fue un aspecto clave en 2019: antes de que la DANA se manifestara, la Generalitat Valenciana suspendió las clases en toda la región afectada, en coordinación con los ayuntamientos. Sin embargo, bajo la gestión de Mazón, las suspensiones fueron limitadas a ciertos centros, y su administración criticó la decisión de la Universidad de Valencia de detener sus actividades.
El refuerzo de los servicios de emergencia también fue distinto. En 2019, Puig reforzó el 112 con un aumento del 12% en el personal, anticipando la alta demanda de llamadas. Este año, el sistema 112 se colapsó, lo que Mazón atribuyó a un problema de líneas, aunque negó que el sistema hubiera "caído" completamente.
Ambas gestiones se enfrentaron a dos danas distintas, pero los resultados han sido notablemente diferentes. En 2019, la preparación anticipada y la rápida reacción contribuyeron a reducir el impacto de la emergencia, aunque lamentablemente hubo tres víctimas mortales. En esta ocasión, la falta de previsión y la activación tardía de varios protocolos de emergencia han generado críticas y, tristemente, el saldo ha sido mucho mayor, superando las 250 víctimas.