Después de dos años con las caras medio tapadas, millones de españoles están a punto de abandonar la mascarilla en interiores. Sin embargo, son muchos los que viven con incertidumbre este momento, principalmente por la ausencia de una directriz clara y común para todos los puestos de trabajo. Y es que no es sencillo. Las circunstancias y el espacio físico en el que se desarrolla cada puesto de trabajo es clave para decidir si se recomendará el uso de la mascarilla en las empresas o si incluso será obligatorio.
El BOE aclarará algunas dudas con su publicación este miércoles, aunque la ministra de Sanidad Carolina Darias ya adelantó hace unos días la hoja de ruta a seguir por las empresas. Serán los servicios de prevención de riesgos laborales los que valoren la necesidad de llevar mascarillas, si bien la ponencia lo aconseja cuando la distancia interpersonal sea inferior a 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio. En otros lugares cerrados de uso público como comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos, bares, restaurantes, locales de ocio nocturno, lo recomendable es un "uso responsable" del cubrebocas.
En la misma línea, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apuntaba este lunes en una entrevista en Antena 3 que "mucha gente" va a continuar llevándola porque la pandemia "continúa contagiando" y en el mundo siguen muriendo muchas personas.
Por el momento, en el sector privado se mantienen a la espera. Ninguna de las grandes empresas españolas han desvelado cuál será su decisión y mantienen la prudencia hasta leer la letra pequeña del nuevo real decreto. Y es que la situación de cada empresa es muy diversa. Tal vez lo tengan más sencillo grandes empresas que han apostado por el teletrabajo como es el caso de las operadoras de comunicaciones. Telefónica, Orange, Más Movil o Vodafone tienen hasta dos días a la semana de teletrabajo y en el caso de la última se llega hasta los tres y un mes entero pudiendo trabajar desde cualquier punto de España.
No es tan sencillo para el sector textil. Los trabajadores de Inditex, Mango o El Corte Inglés, en su mayor parte en puestos de cara al público, conviven día a día con el contacto cercano y un mayor riesgo de contagio. Una situación parecida a la de la banca. También el pequeño comercio, muchos autónomos y negocios familiares están analizando estos días los riesgos.
Desde los sindicatos, UGT en Castilla y León ha apelado a la "sensatez de las empresas" para que "no antepongan criterios económicos a la seguridad y la salud de las personas trabajadoras". Advierten que son muchos los que les han preguntado sobre cómo puede afectarles la medida en sus centros de trabajo. Así, piden rigor en los servicios de prevención para hagan “una evaluación del riesgo de exposición al virus ajustada a las características del trabajo y a las condiciones de especial vulnerabilidad que puedan presentar algunos trabajadores".
¿La empresa puede imponer el uso de mascarillas a sus trabajadores?
La mascarilla ya no será obligatoria en los interiores, pero los servicios de prevención de riesgos laborales de cada empresa tienen competencias para decidir las medidas preventivas adecuadas para proteger la salud de los trabajadores. De modo que la empresa puede tomar la decisión de mantener la obligatoriedad de la mascarilla por las características de su plantilla o el tipo de trabajo que realizan.
¿Pueden obligar a poner la mascarilla para entrar en una tienda o un bar?
El fin de la mascarilla obligatoria afecta a todos los espacios públicos como tiendas, supermercados, centros comerciales, cines, teatros, bares o restaurantes, y se aplica a todas las personas. No obstante, cada negocio puede hacer uso de su derecho de admisión y, si lo estiman necesario, podrán obligar a los clientes a usar mascarilla, explica la divulgadora científica Deborah García.
¿En qué situaciones sería conveniente seguir usando mascarilla?
Aunque la mascarilla deje de ser obligatoria cada vez en más situaciones, es recomendable seguir haciendo un uso responsable en algunas circunstancias: si en el trabajo no hay buena ventilación o no se puede mantener la distancia de seguridad, en las aglomeraciones en supermercados, centros comerciales o tiendas, en establecimientos con escasa ventilación en los que se suele pasar mucho tiempo, como cines, museos o teatros, y en general personas sin vacunar, vulnerables o con riesgo de padecer COVID grave y sus contactos estrechos.