Los trabajadores de una residencia de Lleida han realizado su cambio de turno, pero ha sido un relevo especial. Cuando comenzó la crisis del COVID-19 tomaron la decisión de quedarse a cuidar a los ancianos de su residencia.
"Cuando pasaron los primeros 14 días y vimos que de las 114 personas que vivimos en el centro nadie había tenido síntomas, fue cuando decidimos hacer el cambio de guardia", explica Carol Mitjana, directora del Centre Geriàtric de Lleida.
Así, 28 días después de que parte del equipo se confinara con los residentes les ha relevado un nuevo grupo de trabajadores. A todos se les ha hecho la prueba del COVID-19 para garantizar que el virus se queda fuera de las puertas del centro.
Aunque los trabajadores que acaban de entrar no se vayan a aislar con los ancianos, aseguran que seguirán aplicando los protocolos de protección y desinfección de forma exhaustiva, "para seguir siendo 'COVID 0'".
Explican que de esta convivencia han aprendido todos de todos y que los mayores no han perdido ni el ánimo ni el humor durante estos días. "El mejor momento ha sido la satisfacción de saber que lo hemos superado y que vamos a llegar más lejos", apunta Marta Illana, psicóloga del Centre Geriàtric de Lleida.
Ellos y ellas también son héroes, porque con su gesto han salvado vidas.