'En Primera Línea' se traslada al Hospital Nuestra Señora de la Montaña en Cáceres para conocer la labor de Inmaculada Muros, una médico voluntaria con más de 35 años de experiencia que cuenta cómo está viviendo la "situación complicada" que viven los sanitarios con la pandemia por coronavirus.
En las imágenes se ve cómo Inmaculada escucha los gritos de una paciente "nerviosa". Una mujer a la que atiende la supervisora de la unidad Cristina Blasco que teóricamente se debería jubilar el 21 de abril pero va a continuar hasta que termine esta situación.
"Para mí esta es la situación más angustiosa que he vivido y que profesionalmente viviré. Es como una guerra en el sentido que hay muchas víctimas, sin tiros, pero hay muchas víctimas. Muchas más de las deseables y eso hace mella", comenta la doctora.
Tras tranquilizar a la mujer que reclamaba su teléfono móvil, Cristina se encuentra de nuevo con Inmaculada que la informa de la gravedad de uno de los pacientes de la planta.
La médico voluntaria explica que en los casos más graves, se llama a la familia para que autoricen la sedación del paciente. Una decisión que se toma bajo criterio estrictamente médico con pacientes que evolucionan mucho peor.
"Yo tengo más de 35 años de experiencia y tengo que decir que ayer me fui a mi casa llorando. Es durísimo decir que está falleciendo tu padre y no puedes venir ni tan siquiera a cogerle de la mano. Esta es una situación my complicada, es muy compleja de manejar", explica.
Sin embargo, muchos pacientes salen adelante. Una buena noticia que contrasta con otra realidad que desvela Inmaculada. "A principios de semana teníamos 20 pacientes para dar el alta. Pero lo que vivimos es que tiene miedo las familias de recoger a las personas mayores".