A la espera de que el rey convoque las rondas de consultas, el camino hacia la investidura no será fácil: "Los políticos tienen que hacer su trabajo, hablar, antes era gobernar porque las urnas te daban un mandato claro, ahora habrá que adoptar otra estrategia", explica Paloma Román Marugán, politóloga y directora de la Escuela de Gobierno de la UCM.
Sánchez tendrá que conseguir los apoyos suficientes por mayoría absoluta o simple y su socio preferente quiere entrar en el Consejo de Ministros: "Unidas Podemos ha salido debilitado del 26M y del 28A, una cosa es pedir y otra que te la den, tendrá que aquilatar sus peticiones", asegura Marugán.
El PSOE no quiere una coalición y se abre a la entrada de independientes designados por Podemos, pero en rangos inferiores: "El objetivo que tiene que tener Pablo Iglesias no es buscar independeientes ni secretarias de Estado o direcciones generales, sino incluirse en el Consejo de Ministros. Esa es la mejor manera de garantizar que los pactos de Gobierno se cumplen", defiende el politólogo Lluis Orriols.
De fondo: cómo los pactos en ayuntamientos y comunidades podrían acabar conformando mayorías inesperadas en el Congreso. Ahí Ciudadanos sería decisivo. "El hecho de que haya varias negociaciones a la vez puede ayudar a que haya pactos que a priori pensáramos que no eran viables", explica Orriols.
Los partidos tienen hasta 54 días después de la primera votación para ponerse de acuerdo si no quieren nuevos comicios: "Se pueden mover lo suficiente para que cambien las mayorías en los parlamentos...los precedentes nos dicen que aquellos que fracasan en la negociación acaban siendo penalizados en las urnas", defiende Orriols.
Otro de los peligros es la desafección ciudadana. En junio 2016, con la repetición de elecciones bajó la participación. Votaron un millón 200.000 personas menos que en diciembre de 2015.