La decisión de Nart es mantener su escaño, y así lo argumenta: "Soy eurodiputado electo y como tal seguiré, conforme al acuerdo inicial expresado, lamentando el inútil ruido creado, ciertamente no por mí".
Se desentiende así de la difícil relación que mantiene con Ciudadanos tras su salida el 5 de septiembre. Un día después, Rivera ya le pedía que dejara su escaño de la Eurocámara.
Agarrándose a esos recursos, Nart asegura tener un compromiso con los 11 colaboradores de la delegación, dice que seguirá contribuyendo al pago de sus nóminas: "Abandono la delegación de Ciudadanos Europa, pero no cambio mis compromisos económicos para con ésta. No quiero que la decisión de la dirección de Ciudadanos les afecte".
Insiste en que días antes de su cese de militancia, informó al secretario general del partido que seguiría como independiente, y asegura que no hubo objeción.
Critica el cambio de criterio del partido, el mismo que le sigue pidiendo que renuncie al acta. Se lo han vuelto a pedir por teléfono y por carta, porque, dicen, lo debe hacer por coherencia personal y respeto a los principios éticos de Ciudadanos.