Niños, médicos, maestros, escuelas y hospitales son las víctimas no tan colaterales de la ofensiva liderada por Arabia Saudí contra los hutíes en Yemen, que en tres años y medio se ha cobrado más de 6.500 vidas civiles inocentes.

Un ejemplo son los 40 niños que iban contentos a su último día de colegio antes de morir en uno de esos ataques saudíes. Para José Julio Rodríguez, de Podemos, es "la gota que colma el vaso de Arabia Saudí".

Un escándalo que Naciones Unidas ya investiga y que ha obligado a nuestro Gobierno a replantearse las cosas, porque Arabia Saudí es el primer cliente de la industria militar española fuera de la UE y la OTAN.

Sólo el año pasado nos compraron un 133% más. ¿Está matando nuestra munición a alguno de esos civiles? Oficialmente, no. Las condiciones de venta son estrictas, pero Carlos Escaño, de Amnistía Intercional, afiirma que "no tenemos datos de ese rastreo y no se demuestra que no se están utilizando para cometer graves violaciones de derechos humanos.

Con el beneplácito del Ejecutivo anterior, las ventas de nuestra industria armamentística han aumentado exponencialmente en los últimos años y las ONG denuncian que no se verifica suficientemente el destino final.

José Julio Rodríguez explica que "se cede a los intereses del lobby armamentístico, con conexiones con el Gobierno anterior como con el exministro de Defensa Pedro Morenés".

El Gobierno de Pedro Sánchez dice que revisará la normativa para asegurar que nuestras armas no acaban en manos de quienes perpetran crímenes contra la humanidad.