Incidentes que se repitieron en Barcelona cuando dos concentraciones confluyeron en la Delegación del Gobierno, la primera, convocada por las entidades soberanistas para protestar contra el auto de encarcelamiento del juez Llarena, la segunda, para defender la república.
Los asistentes abarrotaban las inmediaciones y los Mossos advertían. Algunos manifestantes intentaron superar el cordón policial, en ese momento se produjeron choques, empujones y momentos de tensión entre manifestantes y fuerzas de seguridad. También se quemaron fotos del rey entre aplausos.
En total, 10.000 personas salieron a la calle según la Guardia Urbana en una jornada de protestas marcada por los altercados que ha dejado 35 heridos leves.