Tanto ella como la Fiscalía solicitaban que la declaración fuera tras un biombo porque tenía miedo a que alguien la fotografiara y su imagen saliera a la luz. Ha sido entonces cuando Pablo Llarena ha accedido a su petición y se ha solidarizado con ella.
Llarena ha asegurado que él también se siente perseguido, que no puede ir tranquilo por la calle y ha añadido que le miran siete veces cada vez que gira una esquina.