Tras la ofensiva judicial el Gobierno pone el énfasis en el diálogo. Dispuestos a dialogar sin referéndum de por medio claro, pero sí sobre otros temas importantes de los que ya se habla abiertamente: financiación e incluso reforma de la Constitución.
Opción a la que el propio Gobierno pone un requisito previo: que los independentistas paren la máquina del 1 de octubre.
Mientras, en el Congreso se sigue escenificando la ruptura política del hemiciclo en dos bloques: junto a los nacionalistas y frente al Gobierno, Unidos Podemos.
Por otro lado el PP, Ciudadanos y el PSOE, que sigue mostrando respeto a la acción de la Justicia aunque habla por primera vez de líneas rojas.