Tiene 66.792 metros cuadrados de extensión. Muchos de ellos expropiados a gente humilde de la Parroquia de Meirás. Así lo explica Carlos Babío, nieto de una de las expropiadas: "O abandonaban en 24 o 48 horas o serían conducidos a zona roja y dejados de su suerte".
Fue el caso de su abuela, Josefa Portela, a la que de las 50.000 pesetas que le prometieron en el año 1938, tan solo le llegó una décima parte. "Le dieron 5.000 pesetas. Fue expulsada de la casa junto con sus hijos, que quedaron en la absoluta miseria, en la absoluta indigencia", comenta Babío.
Pese a que el régimen vendió que los dueños de las tierras las cedieron voluntariamente, los testimonios sobre actuación del Ejército demuestran lo contrario. "Los metían en un camión rodeado de falangistas para que firmaran en el notario", relata Fernando Souto, presidente de Memoria Histórica de A Coruña.
El expolio de aquellos no solo sirvió para el ampliar el goce de la familia Franco, pues la primera carretera en línea recta que se construyó en Galicia fue la que va al pazo de los Franco.
Miles de metros cuadros que nunca fueron recompensados ni restaurados. Ahora, el Gobierno se ha querellado contra la familia del dictador para que devuelva del pazo de Meirás.