Así lo ha anunciado el propio Garrido en declaraciones a los medios tras una reunión mantenida con la presidenta de la Asamblea de Madrid, Paloma Adrados, que le ha comunicado que ha sido el candidato que ha recabado más apoyos en la ronda mantenida con los portavoces parlamentarios.
"Me ha preguntado formalmente si quería aceptar esa posibilidad (de ir al pleno de investidura) y le he dicho que sí", ha comentado. Garrido cuenta con el respaldo de PP y de Ciudadanos, que son mayoría en la Cámara, mientras que el portavoz del PSOE-M en la Asamblea, Ángel Gabilondo, que también planteó su candidatura, sólo ha sumado el apoyo de su grupo y de Podemos.
Preguntado sobre si se siente un "presidente interino", como lo ha calificado el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea, Ignacio Aguado, ha respondido que de momento se siente como un "presidente en funciones". "Después de la sesión de investidura y si salgo elegido presidente seré presidente de la Comunidad de Madrid (...) No creo que los ciudadanos de Madrid merezcan un presidente interino, ni un gobierno interino, ni un año dejado pasar", ha sostenido.
Garrido ha reconocido que estos tres años de Gobierno han sido "difíciles" porque el hecho de no disponer de una mayoría en la Cámara "te obliga a muchos equilibrios, a tener que acordar cosas y eso complica un poco más la gestión política". "Espero siempre un año difícil, luego si es un poquito más fácil fenomenal, pero mejor ponerse siempre en la situación más complicada, que por otro lado es casi con toda seguridad la que se va a dar", ha declarado.
Acerca de cómo prevé las relaciones con Ciudadanos una vez que sea elegido presidente y ya sin acuerdo de investidura, ha dicho que por su parte "siempre han sido buenas". "Siempre he tenido unas excelentes relaciones y las pienso seguir manteniendo porque creo que es obligado, tenemos que contar con ellos para sacar muchos proyectos legislativos y de otra índole", ha añadido.
Garrido ha negado que tenga "trapos sucios" y por lo tanto ha sostenido que "eso no va a salir", pero cree que lo "lógico" es "examinar a las personas por el trabajo político que realicen y no por otras cosas". "No podemos llevar las cosas al extremo porque no nos eligen para ser candidatos a la beatificación, nos eligen para trabajar como políticos y lo que se debe juzgar es nuestra capacidad política y no otra cosa", ha recalcado.