Vox ha empezado por la guerra de las mentes: el primer paso ha sido negar la violencia machista. Para ellos no existe, es un apéndice de lo que pasa en el hogar, discriminatorio y un despilfarro.
Ortega Smith ha llegado a afirmar que el 97% del presupuesto del Instituto Andaluz de la Mujer se va en burocracia. Un dato que Newtral desmonta: es solo el 52,8% y este gasto no solo burocrático, sino que incluye gastos de personal.
Para Vox lo importante es el relato, una batalla que están ganando, porque su mensaje de que enseñar en igualdad es adoctrinar ya ha calado y la sensibilización en las aulas ha retrocedido, según las asociaciones que organizan formaciones.
Yolanda Besteiro, miembro de la Federación de Mujeres Progresistas ha asegurado que se está "realizando una campaña para hacer que los padres se nieguen a hacer que sus hijos reciban formación en igualdad".
Hay menos dinero también para partidas directamente relacionadas con la lucha contra la violencia machista, según la oposición andaluza, un recorte de recursos directos que el gobierno andaluz niega tajantemente.
Rocío Ruíz, Consejera de Igualdad de Andalucía, ha asegurado que no se ha dado "ningún paso atrás". Pero las asociaciones feministas niegan este discurso tranquilizador: las políticas involucionistas se intensificarán, dicen, cuando esté listo el caldo de cultivo que están cocinando y no precisamente a fuego lento.