"Mussolini está en una tumba humilde, Hitler no sabemos dónde está y Franco tiene esta construcción megalómana cerca del Escorial imitando a los Reyes Católicos, a Felipe II. No tiene sentido desde cualquier punto democrático", afirmó en laSexta Columna Eduardo Ranz, abogado especializado en Memoria Histórica.
Es un punto de encuentro para los nostálgicos del régimen, la ley de Memoria Histórica aminoró la presencia de simpatizantes pero no ha desaparecido. Así lo demuestran las peregrinaciones del 20N, aniversario de su muerte y de la de José Antonio Primo de Rivera.
Actos donde predominan las banderas preconstitucionales y que no suponen un delito de odio, según el Código Penal. Algunos juristas lo cuestionan, Manuel Maroto, profesor de Derecho Penal de la Universidad Complutense explica que "la redacción del Código Penal es amplia y eso, aunque parezca una ventaja para enjuiciar este tipo de conductas, es un problema".
Desde que el Gobierno anunció la exhumación, las visitas al Valle se han multiplicado. Es igualmente epicentro de protestas.
La tumba ha llegado a sufrir una pintada y las asociaciones de Memoria Histórica se manifiestan allí. Piden sacar, por fin, al dictador del Valle de Cuelgamuros, considerado la mayor fosa común de España.