Abstenerse en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco para hacerle un cordón sanitario a la extrema derecha. Es la tesis que defienden los dirigentes socialistas más importantes en Castilla y León.
Si ayer era Óscar Puente, alcalde de Valladolid, era el que pedía una abstención para evitar que Vox entre en el Gobierno autonómico, hoy ha sido el regidor de León, José Antonio Díez, el que ha pedido la reflexión de Ferraz. "Quien tiene la capacidad de evitar la investidura con Vox es el PSOE. Hay que decidir qué es mejor, si permitir la entrada de la extrema derecha o un gobierno en minoría", ha señalado en declaraciones a Onda Cero. A su juicio, este es un "clarísimo ejemplo para demostrar la capacidad para construir el cordón sanitario".
Sin embargo, la dirección del partido lo tiene claro: este debate no tiene cabida porque no se puede dar respaldo a un presidente "manchado por la corrupción" y que ha provocado esta situación con un adelanto electoral. Así lo ha explicado el periodista Juanma Romero en una intervención en Al Rojo Vivo.
Asimismo, la dirección considera que debe ser el PP el que mueva ficha al respecto y les haga una propuesta, nunca al revés. Si esta situación se da, la respuesta tendría que ser refrendada por los militares socialistas. "Es Mañueco quien tiene que buscar una mayoría", ha señalado el portavoz socialista Héctor Gómez. Una línea que también ha defendido Felipe Sicilia: "Ellos son los que tienen la responsabilidad de decir qué gobierno quieren". Mientras, el propio Luis Tudanca, candidato socialista a la Junta, ha asegurado que "nunca" regalarán un gobierno al PP.
En la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE no se ha abierto el debate ni ha habido nadie que defendiese una abstención en Castilla y León, pero el presidente sí instó, según Romero, a "reflexionar sobre el empuje de las plataformas locales y el auge de Vox", que han perjudicado a los socialistas en estos comicios autonómicos.
Por el momento, Alfonso Fernández Mañueco, líder del PP en Castilla y León, no ha señalado de manera explícita qué partido será su prioridad para alcanzar un acuerdo. Como ha venido diciendo desde que se conocieran los resultados del 13F, negociará "con todas las fuerzas". Y, aunque apuesta por un "gobierno en solitario", lo cierto es que se ha quedado muy lejos de los 41 procuradores necesarios para la mayoría absoluta.